Laura Seymour tuvo que vencer muchos obstáculos a lo largo de todo el proceso de rescate de la perrita llamada Takia, pero ella no se rindió y le dio a la perrita la vida que siempre mereció.

Todo empezó cuando Laura se encontró en su camino a una perrita encadenada a un árbol en el patio trasero de una persona sin corazón. Siendo amante de los animales, Laura se acercó de inmediato a la cerca de la casa para analizar más detalladamente la situación y saludar a su nueva amiga peluda.

Cuando la mujer se acercó lo suficiente para observar, no estaba segura de cómo reaccionaría la gran Akita, por lo que tuvo mucha precaución. Para su sorpresa, la perrita inmediatamente comenzó a mover su cola y a expresar felicidad, saludándola con una lluvia de besos interminables.

Mujer visitó perrita encadenada durante un año

Twitter/Laura Seymour

Luego de conocerse, entrar en confianza y saludarse lo suficiente, Laura empezó a notar la gravedad de la situación que la perrita enfrentaba en el jardín.

Era evidente que la canina amistosa pasaba la mayoría del tiempo al aire libre, pues su pelaje estaba empapado y tenía un agujero en el suelo que usaba como cama improvisada. Además, tenía dos tazones cerca del árbol, los cuales estaban vacíos, lo que significaba que probablemente no tenía acceso a comida ni agua.

Imagen | Laura Seymour

Debido a esto, Laura se preocupó por Takia y empezó a pasar por el lugar varias veces por semana, con el fin de llevarle comida a su amiga encadenada.

A medida que pasaban los días y las visitas, la amorosa perrita se emocionaba cada vez más por su llegada y se sentía feliz de verla. En pocos días, Takia comenzó a reconocer el auto de Laura, y cuando se detenía en frente de ella, comenzaba a realizar un adorable baile de felicidad.

Imagen | Laura Seymour

Ambas empezaron a establecer un vínculo de amistad maravilloso, y Laura tenía claro que debía hacer algo para liberar a su amiga de su cruel vida.

Laura dijo a The Dodo:

«Estoy como, ¡Oh, Dios mío!, tengo que llevarme a esta perrita. Voy a tener que robarla, voy a tener que hacer algo por ella. Yo estaba como; ¿será que iré a la cárcel por esta perita?».

Imagen | Laura Seymour

Así que la mujer decidió ponerse en contacto con Control de Animales para que conocieran la situación, pocas semanas después de haber conocido a Takia. Pero, después de hacer la respectiva visita a la casa, le informaron que mientras los dueños le ofrecieran un techo, agua y comida, no podían hacer nada.

Laura estaba desconsolada, pero no quería renunciar a su nueva amiga, así que le dijo a control de animales que ella seguiría con sus visitas. Ella quería estar segura de que Takia tuviera alimento y agua suficiente, ya que siempre que llegaba sus tazones casi siempre estaban vacíos.

Twitter/Laura Seymour

Control de animales estuvo de acuerdo con la propuesta de Laura, y además le dijo que los contactara de nuevo si la situación empeoraba. Ella visitó a Takia durante todo un año, llegó el invierno, y la pobre perrita tuvo que soportar todo este tiempo al aire libre.

Pero, lo que realmente le preocupaba a Laura, era la llegada del fuerte calor en verano, pues sabía que el animal sufriría sin la atención adecuada.

Twitter/Laura Seymour

Para ella no era justo esta situación, y sus manos estaban atadas, así que decidió hacer una última súplica desesperada a control de animales.

Cuando estos se enteraron de que la familia de Takia se negó a prestarle la atención adecuada, los obligaron a que la entregaran.

Una vez que Takia fue liberada de su cadena, fue puesta en adopción y Laura estaba de primera en lista para adoptarla. Después de pasar todo el proceso de adopción y que finalmente pudo llevar a su amiga a su nuevo hogar, fue cuando la llamó Takia.

Twitter/Laura Seymour

Laura dijo:

«Tan pronto como llegamos a casa, estaba muy acostumbrada a no hacer nada en todo el día. Ahora, en el momento en que puede correr, lo hace. Ella es una perrita nueva».

Cuando se dio a conocer la historia de Laura y Takia en un vídeo, una mujer comentó que era vecina de los anteriores dueños del animal. Ella dio detalles de lo sucedido y agregó que estuvo muy preocupada por el bienestar de la perrita, y llamó a control de animales.

Facebook/Laura Seymour

La mujer dijo:

«¡Estoy tan contenta de que lo haya conseguido! Yo vivo al lado, también la alimentamos y llamamos a control de animales y nos decían lo mismo. Mi esposo le llevó comida y agua, mi cuñada que vive al otro lado de la calle también. Así que control de animales debió haber pensado que el dueño lo hacía, pero nunca lo hizo. ¡Estoy tan feliz de que tenga un buen hogar!».

Ahora Takia vive sus días en la comodidad de su nuevo hogar, rodeada de amor y atención, como siempre debió ser. Ella disfruta las aventuras diarias con su madre adoptiva y a pesar de que no podrá recuperar los años de sufrimiento, su futuro está lleno de mucho amor y felicidad.

Esta entrada fue modificada por última vez en 24 agosto, 2020