Desde que Sara Matthews decidió adoptar a Keith, su gato rescatado, como regalo de cumpleaños para su hija Charlie, supo que traía varios problemas médicos. Cuando llegó al centro de rescate de animales, Keith estaba muy desnutrido y tenía problemas gastrointestinales, así que tuvo que someterse a una dieta bastante especial.
Sin embargo, desde ese momento el gatito demostró su gran amor por la comida, e incluso se salía de la jaula para robar la comida de otros gatos.
La mujer trabajaba como voluntaria en el refugio de animales, y así su hija Charlie conoció al adorable gatito cuando necesitaba un hogar.
Mujer pone candados para que su gato no robe la comida
Sara dijo a METRO:
«Charlie se enamoró de él de inmediato, así que lo adopté para ella como regalo sorpresa de cumpleaños».
Lo que nunca se imaginaron, es que después de adoptarlo Keith se convertiría en un grandulón, debido a su afición insaciable por comer.
Son tantas las ganas por encontrar comida que, Sara ha tenido que poner candados a prueba de niños en su refrigerador y en algunos armarios.
A pesar de los esfuerzos por evitar que Keith encuentre comida, múltiples dietas y visitas al veterinario, el gatito ha pasado de pesar 11 a 24 libras.
Tiene el tamaño aproximado de un perro de tamaño mediano, y en los últimos siete años el gatito no ha dejado de crecer.
Sara comentó:
«Hemos tenido candados para niños en el refrigerador desde que obtuvimos a Keith. Al principio, se trepaba cuando lo abría, y estaba preocupada de que quedara atrapado sin que nos diéramos cuenta».
Es que no importa qué tipo de manija tengan los armarios con comida, si es circular o una polea, siempre encuentra la forma de entrar.
La mujer asegura que uno de los últimos armarios que hizo a prueba de Keith, tenía una pesada bolsa de basura frente a él. Pero el gato astuto, se las ingenió para quitar la bolsa del camino y logró llegar hasta las bolsas de comida, consiguiendo su objetivo.
Sara agregó:
«Ahora he tenido que poner todas sus raciones en recipientes de plástico con tapas que se abren. Probamos alimentadores de acertijos para ralentizarlo, pero simplemente los volcó».
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Keith adora la comida, incluso come cualquier cosa, el encantan los alimentos verdes, por lo que las verduras no se salvan de su gran apetito.
Sabiendo el problema de alimentación que tenía Keith, los veterinarios le pusieron una dieta con comida especial e hicieron otros ajustes en el hogar. Por ejemplo, los demás gatos de la casa obtuvieron comederos especiales, lo que significa que solo ellos lo podían utilizar, gracias a un microchip.
Sin embargo, Keith continuó aumentando de peso y pronto descubrieron que había estado revisando los contenedores de basura de los vecinos buscando comida. Al parecer, pensaba que no tenía suficiente comida en casa, así que le encantaba hurgar en la basura para poder comer lo que encontrara.
Sara dijo:
«Tuvimos que ponerle etiquetas para pedirle a la gente que no lo alimentara».
Luego de mudarse de casa, Sara tomó la decisión de que Keith sería un gato de interior para evitar que se envenenara con la basura. Pero esto significaba que sería menos activo, aunque en su casa tenía varios elementos que podían contribuir a su entretenimiento para hacer ejercicios.
Lo cierto es que su familia ha gastado mucho dinero a lo largo de todos estos años buscando una solución.
Para tener un cálculo aproximado, una bolsa de comida especial cuesta 70 libras, y estuvo en esta dieta durante tres largos años.
Aunque Keith ha tenido muchos exámenes para descubrir la razón de su problema alimenticio, nada ha resultado ser concluyente y aún no saben la razón. El adorable gatito puede estar limitado a solo 50 gramos de comida diaria, pero sigue demostrando su determinación cuando se trata de complementar su dieta.
A pesar de que es más grande que un gato normal de su edad, Keith disfruta de su vida y le encanta jugar con Charlie, quien tiene autismo.
Nunca ha visto su peso como un problema, incluso es más activo que los demás gatos de su casa y lo demuestra cuando juega. Le encanta correr y jugar a buscar algún objeto, a veces parece más un perro que un gato, aunque es todo un artista del escape.
Si bien, Keith no tiene ningún problema médico, su familia quiere evitar que algo suceda en un futuro, por lo que tratarán de imponer sus dietas.