Un gatito de 3 semanas fue encontrado abandonado en las calles junto a sus hermanos. Una persona de buen corazón los acogió y se esforzó en cuidar de ellos, pero cuando se dio cuenta de que no podía brindarles la atención especializada que necesitaban decidió contactar a Saving One Life en busca de ayuda.
El gatito tenía tres patas y algunas dificultades para caminar debido a que su pata izquierda trasera estaba doblada; a pesar de esta limitación en su movilidad era un felino feliz que se esforzaba por mantenerse al pie de sus hermanos en todo.
Caroline Grace, una voluntaria del centro de rescate le dijo a Love Meow:
«Tras los exámenes de ingreso de los gatitos, noté que a JD (el gato atigrado) le faltaba una pata delantera y una pata trasera torcida».
Gatito de tres patas le demuestra a todos lo que puede hacer
Caroline quería ofrecerle a JD la oportunidad para que pudiera caminar y jugar como cualquier otro gatito, lamentablemente el veterinario le dijo que no había nada que pudieran hacer para la condición de su patita torcida.
La voluntaria cuenta:
«Había visto historias de extremidades torcidas que se enderezaban antes, así que sabía que había algo que al menos podíamos intentar. Presenté una petición en la red de crianza de Saving One Life a cualquier persona que tuviera experiencia con extremidades torcidas para que me educara sobre el tratamiento que utilizaron».
Otra voluntaria llamada Evette, compartió con Caroline su experiencia de trabajar con un gatito con las piernas torcidas, ella le contó a la mujer acerca de la técnica del masaje de fisioterapia para mejorar la motricidad de los felinos.
De inmediato, Caroline comenzó a masajear la patita trasera de JD cada tres horas. Después de unos días, la pata torcida se volvió un poco más móvil.
La mujer agregó:
«Me mostró fotos del progreso del gatito. Me sentí esperanzada y empoderada para ayudar a JD».
Con la idea de mejorar aún más el rango de movilidad de JD, Caroline recibió ayuda de otra persona, Jennifer, una fisioterapeuta que le enseñó algunas técnicas de entablillad y a alentar a JD a usar su pierna con la ayuda de cabestrillos y otros métodos terapéuticos.
Caroline recuerda:
«Dejé colchonetas de yoga en su habitación para darle más tracción. En una semana, comenzó a caminar correctamente sobre su pierna trasera. Honestamente, fue una de las experiencias más difíciles pero más gratificantes».
Ahora JD era más resuelto a la hora de caminar y trataba de hacer todo como sus hermanos; incluso trató de superarlos y ser más travieso. Tan pronto como puso sus tres patitas en el suelo, quería jugar, correr y saltar.
Al cumplir cinco semanas, JD se encontró con Andrea, quien se enamoró perdidamente del pequeño; ella tenía un gato al que también le falta su pata delantera. Era el hogar perfecto para el adorable atigrado.
Tan pronto como el gatito de tres patas cumplió dos meses, se fue a su hogar para siempre junto a su nueva madre. Rápidamente se adaptó a su nuevo entorno y buscaba juego y recorría su nuevo hogar con curiosidad.
Finalmente, JD conoció a sus nuevas hermanas felinas, él y Thelma, la gata de tres patas, se llevaron bien de inmediato, era como si siempre hubieran sido parte de la familia.
Andrea dijo:
«Se unieron primero sobre las patas delanteras izquierdas que les faltaban. Fue lo más dulce verla tomarlo bajo su protección y comenzar a prepararlo poco después de conocerse».
Por su parte, Louise el otro gato de la casa, tardó un poco en acercarse a JD, pero ahora es normal verlos abrazados de vez en cuando. JD es el típico hermano pequeño que está causando travesuras y molestando a sus mayores. También disfruta los abrazos y le gusta seguir a su madre por toda la casa.
Caroline asegura:
«JD ahora vive la vida más feliz y no tiene problemas con su pata trasera que alguna vez estuvo torcida. Es un gato activo y juguetón al que le encanta correr, saltar, trepar y jugar».
Puedes conocer un poco más de labor que desarrolla Caroline con los gatitos que rescata, visitando su cuenta en Instagram.
Deja un comentario