En Wellington, Florida (Estados Unidos), una dulce gata está feliz porque pudo llevar a sus siete gatitos a un hogar seguro, cómodo y acogedor, después de vagar por las frías calles durante un par de años.
Durante algún tiempo, se había visto deambular a una gata sin hogar en una granja de caballos; no se sabía de dónde provenía, pero siempre aparecía. Un trabajador de la granja llamado Máximo, comenzó a cuidar de la amigable gata sin hogar y luego de un tiempo, se dio cuenta de que estaba embarazada.
Entones, el hombre colocó varias toallas en una canasta de lavandería para que la gata tuviera un lugar adecuado para tener a sus bebés.
Gata está feliz de encontrar un hogar para su familia
Luego de dar a luz, Máximo siguió cuidando de la gata y de sus siete gatitos, hasta que crecieron lo suficiente como para aventurarse por sí solos.
Con la esperanza de esterilizar a la gatita y conseguirles un hogar a los bebés, el hombre contactó a Carmen Weinberg, fundadora de Animal Friends Project.
Carmen dijo a Love Meow:
«Me llamó y me pidió ayuda porque los gatitos habían comenzado a salir de la canasta solos. La mamá había estado viviendo en el área durante un par de años y esta era su segunda camada».
La mujer no dudó en ayudar y de inmediato se dirigió a la granja para poder ver cómo estaba la adorable familia felina. Cuando llegó al lugar, se encontró con una amigable madre gata y una canasta llena de pequeños gatitos muy exigentes y con ganas de explorar.
Carmen comentó:
«Iba a hacer frío, así que fui a comprobar la situación. Los gatitos estaban muy hambrientos cuando los recogí. La pobre madre debió sentirse aliviada de tener ayuda para alimentar a todos esos bebés».
Luego de recoger a la familia de gatos, Carmen se acercó a un centro de rescate que se encarga de cuidados de acogida, para llevar a los gatitos. Yesenia Pérez, fundadora de Bella’s Promise Pet Rescue, conoció la historia de la amigable familia felina y decidió ayudar sin pensarlo dos veces.
Carmen dijo:
«Yesenia me dijo que tenía un voluntario de crianza que podía acogerlos».
La mamá gata finalmente se despidió de la vida en las calles y se embarcó en un viaje con sus gatitos en un cómodo hogar.
Carmen comentó:
«Tenía mucha hambre y devoró la comida enlatada que le di. Algunos de los gatitos también vinieron corriendo a comer».
Aunque la gatita desempeñaba muy bien su papel de madre, los gatitos estaban un poco delgados por lo que necesitaban comer saludablemente. Cuando les dieron alimento, ellos se sumergieron en la comida húmeda y comenzaron a comer, lo cual era una buena señal.
La mamá finalmente pudo relajarse, se acostó en el piso limpio y estaba muy agradecida de recibir ayuda para alimentar a las siete bocas hambrientas. Después de llenar sus estómagos y satisfacer algunas de sus necesidades, Carmen llevó a los gatitos a su nueva morada con Randy, un voluntario de cuidado de crianza.
Randy tenía una habitación preparada especialmente para la familia, que estaba llena de comida, mantas, juguetes y algunas cajas de cartón para que los bebés lucharan. Los pequeños gatitos aún tienen mucho por crecer, pero por ahora están ocupados jugando y perfeccionando sus habilidades felinas con ayuda de su mamá.
La dulce madre nunca tendrá que pasar por otro embarazo y podrá disfrutar de la vida como una gata de interior malcriada a partir de ahora.
La pequeña familia de ocho individuos, por fortuna disfrutará de esta temporada navideña en un hogar cálido y confortable, lejos de todo peligro, y cuando sean lo suficientemente grandes, los gatitos y su madre serán esterilizados, castrados y estarán listos para empezar el camino hacia la adopción.
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