Desde hace cinco años, el restaurante de Gerardo Ortiz, llamado Ajilalo en Perú, recibe la visita de un cliente muy especial y un poco inusual. Un perro sin hogar que deambulaba por las calles decidió detenerse en la entrada del restaurante con una enternecedora mirada que demostraba que en aquel momento sentía mucha hambre.
Aunque Gerardo fácilmente pudo rechazar al perro sin hogar, en su lugar le ofreció al cansado canino una deliciosa comida gratis, hecha solo para él. Desde entonces, el hombre comenzó una adorable tradición que se mantiene hasta el día de hoy. A partir de ese día, el hambriento perro recibe una comida gratis del restaurante de Gerardo.
Pero no pasó mucho tiempo antes de que la amabilidad y generosidad del hombre fuera conocida entre los muchos otros perros callejeros de la localidad. Rápidamente comenzaron a llegar más perros, y por supuesto, Gerardo les dio la bienvenida con una rica comida.
Dueño de restaurante prepara comida gratis para perros
Actualmente, Gerardo y su restaurante son visitados por muchos perros sin hogar, algunos ya son clientes habituales y otros son nuevos visitantes que vienen de paso. Por supuesto, todos tienen algo en común, y es poder saciar el hambre gracias a la rica comida que el hombre de buen corazón les ofrece.
Siempre que el hombre está trabajando, se encuentra frente a frente la cara de un nuevo perro, esperando pacientemente para ver si el rumor de que puede recibir una comida gratis allí es cierto.
Sus clientes humanos están encantados con las acciones del dueño de su restaurante favorito. Incluso inspirados por sus acciones, en ocasiones también llevan comida para los perros sin hogar que visitan el lugar.
Gerardo le dijo a The Dodo:
«Para mí, son los mejores clientes. Afortunadamente, nuestros clientes han reaccionado bien con los perros. Son cariñosos con ellos».
Gerardo asegura:
«No nos pagan con dinero, pero nos pagan con su alegría y meneando la cola. Están muy agradecidos y disfrutamos más dando que recibiendo. Desde que era niño, he amado a los animales. Mi madre siempre nos enseñó a ayudar a los demás, tanto a las personas como a los animales. Ella es mi inspiración».
Este gentil hombre nos enseña que con un noble gesto se puede cambiar la vida de un animal. Sus acciones les hace saber que sus vidas importan, algo que Gerardo se complace en demostrarles todos los días con sus alimentos.