Mientras Goran Marinkovic, de Kraljevo, Serbia, daba una caminata en medio de sus rondas matutinas para ayudar a los animales abandonados y hambrientos, se topó con una desgarradora escena. El hombre vio a una cachorra abandonada junto a un viejo zapato que al parecer le servía de abrigo.

Lamentablemente, a pocos metros del cachorro, Goran encontró a otro perrito muerto. La pequeña sobreviviente estaba rodeada de basura y bolsas de plástico sin una madre a la vista; ambos fueron abandonados cruelmente a su suerte. La cachorrita usaba aquel zapato como refugio y estaba realmente fatigada y muy débil.

Goran le dijo a Metro UK:

«Accidentalmente me di la vuelta y vi a esta perrita. Su hermana o hermano yacía muerto a unos metros de distancia. Se estaba quedando sin fuerzas. Como siempre llevo comida para perros, inmediatamente le ofrecí una comida, que aceptó. Las palabras no pueden describir el tamaño del cachorro y el hambre que tenía. Era más pequeño que el tamaño de un zapato».

Cachorrita usaba un zapato viejo como refugio

Facebook/ Goran Marinkovic

El hombre se dirigió a un centro veterinario junto a la perrita, donde luego de algunos chequeos le aseguraron que su estado de salud era bueno. El hombre la llamó Smesten y la ayudó a recuperarse.

En poco tiempo la pequeña dejó salir su personalidad traviesa y juguetona que terminó por enamorar aún más a Goran.

Facebook/ Goran Marinkovic

Al pasar algunos meses, finalmente la adorable cachorrita cautivó el corazón de una mujer que sin pensarlo dos veces la adoptó.

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Goran cuenta:

«Después de unos meses, una mujer que deseaba desesperadamente a Smesten la adoptó, y ahora vive como una reina».

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Ahora la perrita llamada Coco no se parece en nada a la pequeña enferma que Goran encontró al lado de un zapato en un basurero. Se ha convertido en una perrita feliz y esponjosa que siempre está emocionada por vivir nuevas aventuras con su familia.

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Por su parte, Goran continúa llevando a cabo su labor de ayudar a cuantos animales abandonados en las calles de Serbia le es posible. Generalmente, el hombre trabaja por su cuenta, pero en ocasiones recibe ayuda de amigos y personas del común para sostener los gastos veterinarios y de comida.

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Finalmente, Goran asegura:

«Yo alimento a los animales abandonados en la calle que no reciben comida de los humanos y no tienen dueños».