La reubicación de animales en cautiverio es un trabajo duro que requiere mucha responsabilidad, pero llevar a dos ballenas beluga a otro continente en medio de una pandemia es tan difícil como parece. A pesar de ello, estas dos ballenas, llamadas Little Grey y Little White, fueron liberadas de su cautiverio y llevadas a Islandia, gracias a un proyecto de reubicación que se llevó a cabo en dos años.
Los animales fueron rescatados del parque acuático Ocean World de Shanghai, China. Ambas ballenas habían sido capturadas frente a las costas de Rusia cuando eran muy jóvenes y llevadas en el año 2011 al acuario chino.
Ballenas beluga fueron liberadas
Fueron trasladadas por la organización benéfica Sea Life Trust al Beluga Whale Sanctuary, el primer santuario de aguas abiertas del mundo.
Aunque fue un viaje de 6.000 millas, todo estaba cuidadosamente planeado por la organización y se llevó a cabo con gran éxito. Por primera vez en casi una década, estas criaturas volverán a sentir las aguas del mar en su cuerpo.
La organización dijo que ambos animales de 12 años, llegaron a salvo a la bahía de Klettsvik, y solo es cuestión de tiempo para ser liberadas en la zona de aguas abiertas.
Audrey Padgett, gerente general del Santuario, dijo a CNN:
«Ha sido todo un viaje para estos dos. No ha sido fácil, pero definitivamente ha sido un trabajo con amor».
La idea de trasladar a las ballenas nació luego de que Merlin Entertainments, comprara el acuario, pues esta empresa se opone a tener a los animales en cautiverio. Es así como se empezó a planear la mejor manera para transportar a las dos hembras, que pesan casi 4.000 libras y consumen 110 libras de peces diariamente.
La operación requirió de equipos especialmente diseñados para el transporte, veterinarios, y de mucho hielo y agua para mantenerlas húmedas.
Para el viaje a Islandia, las ballenas fueron puestas en eslingas especiales con esteras de espuma, que fueron hechas a las medidas de sus cuerpos. Todo con el fin de que amortiguara los golpes durante el complejo viaje que involucró a un camión, un avión de carga Boeing y un remolcador de puerto.
Antes de emprender el viaje, el equipo encargado ya había realizado varias prácticas con los animales, por lo que estaban acostumbradas al movimiento.
Durante todo el viaje se podía notar la alegría de ambas ballenas, ya que lo único que hacían era sonreír y compartir juegos con sus rescatistas.
El equipo describió a Little Grey, como juguetona, con un lado muy travieso; le gustaba escupir agua a todos. Por su parte, Little White es más reservada y calmada, pero aun así formó vínculos muy amistosos con los cuidadores y no paraba de jugar con ellos.
Después de todo el proceso y a pesar de las complicaciones que se vivieron debido a la pandemia; finalmente ambas ballenas llegaron a salvo a su destino.
Andy Bool, director de Sea Life Trust, dijo a Daily Mail:
«Estamos absolutamente encantados de poder compartir la noticia de que Little Grey y Little White están a salvo en sus piscinas de cuidado del santuario marino y están a solo un paso de ser liberados en su casa de aguas abiertas».
Andy continuó:
«Tras una extensa planificación y ensayos, la primera etapa de su regreso al océano fue tan suave como esperábamos y planeamos».
Cabe resaltar que dicha operación fue financiada gracias a una donación sustancial que hizo la empresa dueña del acuario a la organización benéfica. La odisea de ambos cetáceos aún no ha terminado, pues pasarán varios días en las piscinas para adaptarse al clima frío de Islandia.
Sin embargo, después de que estén listas, preparadas y aclimatadas, serán liberadas para que puedan disfrutar de su nuevo hogar.
Gracias a todos, Little Grey y Little White, pasaron de hacer trucos para entretener a la gente, a tener una vida como realmente se la merecen.