Steve Mckay siempre ha sido un fiel amante de Halloween, y desde que se mudó a Taiwán hace 10 años, decidió continuar celebrando esa festividad. El hombre pensó que la mejor manera para hacerlo era creando disfraces tontos para él, pero pronto sus divertidas creaciones tomarían otro rumbo.
Steve dijo a The Dodo:
«Me encantó Halloween cuando era niño, hacía proyectos de bricolaje con mi mamá y mi papá».
Como un buen extranjero pensó que celebrar dicha tradición sería una gran experiencia para las personas que no la conocen y mostraría sus verdaderas raíces.
Papá hace disfraces para sus perros
Entonces, Steve comenzó a diseñar disfraces divertidos de Halloween, los cuales usaba para asistir a la escuela donde trabajaba como maestro. Pero cuando decidió adoptar a un perro llamado Buster parece que sus planes cambiaron y resolvió incluirlo en la divertida tradición.
Steve agregó:
«Hace unos cinco años encontramos a Buster deambulando por la calle. Era un poco feo y tenía algunos problemas en la piel, pero también era cariñoso. Nos siguió a casa, y después de unos días decidimos quedarnos con él».
La esposa de Steve siempre ha pensado que está loco por hacer esos disfraces, pero cuando hizo el disfraz de su perrito parece que le gustó a todo el mundo.
Desde ese momento, cada año hace un disfraz diferente para su perro y para él, un curioso evento que se convirtió en su nueva tradición, y lo mejor es que cuando adoptó a otro perro, llamado Beans, también tuvo que participar desfilando los disfraces de Halloween.
Steve es muy curioso, así que hace la mayoría de sus disfraces con fieltro, cartón y pegamento, todo lo que se imagina lo convierte en disfraz.
Por suerte, Buster es un buen modelo cuando se trata de presumir las divertidas creaciones de su padre frente a las demás personas.
Steve comentó:
«A Buster no le importa nada. A veces se ve serio en las fotos, pero eso es solo porque está mirando una golosina para perros».
Un día, Steve decidió convertir a Buster en un barco dragón; estaba un poco confundido, pero al final entendió y salió en busca de golosinas. Como Buster es un fiel amante de la comida, su padre intenta hacer los disfraces relacionados con los alimentos que más le gustan.
Por otra parte, Beans no es muy apasionado por los disfraces, sin embargo, cumple los deseos de su padre y se deja poner sombreros, pelucas, gafas, etc.
Cuando Beans y Buster no están ocupados desfilando los divertidos diseños de su papá, realizan actividades de un perro normal.
Sin duda, estos perritos no podían tener una mejor vida, sin embargo, prefieren que no llegue octubre.
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