Luego de estar por un largo tiempo sin un gato en su vida, Keith Reszoly al parecer estaba listo para abrir su corazón y dar la bienvenida a un nuevo miembro felino a su familia. Su vida cambió por completo desde el instante en que conoció a su nuevo compañero peludo.
Un día, cuando la madre de Keith estaba en el veterinario, se enteró de una camada de gatitos rescatados que buscaban un hogar definitivo con urgencia; la mujer pensó en su hijo, así que le avisó de inmediato.
La familia quedó cautivada por la ternura de una gatita llamada Gladys y la llevaron a casa para hacerla parte de su familia.
Keith le dijo a Love Meow:
«El primer día que la vi, fue extremadamente amable y se acercó a todos, se subió a sus piernas, las olió y quiso que la abrazaran».
Hombre le da hogar a una gatita y ahora despierta con sus abrazos
La adorable bola de pelos se acopló rápidamente a su nueva vida y comenzó a seguir a su nuevo padre por toda la casa. La felina ahora llamada Gracie se acurrucó en los brazos de Keith esa noche y se quedó profundamente dormida.
Keith cuenta:
«Disfrutaba que la sostuvieran como un bebé en mis brazos. Las primeras noches, solo dormía boca arriba entre mi brazo y mi pecho. No ha parado desde el día en que Gracie llegó».
La encantadora Gracie insiste en acurrucarse junto a su amado padre adoptivo, y tan pronto como Keith se despierta corre a sus brazos. Con el tiempo aprendió que él se levanta con el sonido de su despertador y esa se transformó en su señal para brincar hasta la cama y darle muchos abrazos.
El padre de Gracie agrega:
«Ella salta cuando escucha mi alarma (o que me muevo mucho) y se acuesta sobre mi pecho. Por lo general, duerme allí una o dos horas si no me muevo».
El amoroso padre de la felina es feliz cada vez que Gracie exige abrazos. Así que para asegurarse de tener el tiempo suficiente para su mejor amiga y sus abrazos todas las mañanas, decidió acomodar su horario para hacerla feliz.
Keith asegura:
«He puesto mi alarma 30 minutos antes todos los días para darle más tiempo feliz».
Quedarse en la cama se ha convertido en el pasatiempo favorito de Gracie. A la gatita le encanta acercarse a su padre y acurrucarse en su cuello o pecho. También le gusta sentarse en su regazo cada vez que lo ve ubicarse frente a su computadora.
El hombre agregó:
«Aproximadamente dos horas al día, cuando estoy sentado en mi escritorio, sostenía a Gracie en mi brazo izquierdo mientras mi brazo derecho estaba en mi mouse».
Además, la felina es bastante vocal y si algo no es de su agrado no le molesta hacérselo saber a su familia.
Finalmente su padre dijo:
«Si le maullara, ella también maullaría. Gracie siempre maúlla si no muestro su atención cuando se frota contra mis piernas o camina por mi escritorio».