Poco a poco las restricciones debido a la pandemia por el COVID-19 van disminuyendo y las personas han empezado a retornar a sus labores luego de varios meses, esto es algo que ha afectado a muchas mascotas que tratan de adaptarse a su nueva normalidad. Ese es justo el caso de este perro que parece estar muy abrumado por el nuevo horario de su madre y encontró la mejor forma de demostrar que no está nada a gusto con la situación.
Bo es un encantador chico de raza pitbull que fue encontrado al interior de una caja en las calles cuando era un dulce y tierno cachorro. El perro de dos años de edad es bastante unido a su madre y a sus 7 hermanos peludos.
Vickie Richards Shelton, la madre de Bo, le dijo a The Dodo:
«Lo encontré en una caja de cartón que alguien había tirado [cuando] tenía alrededor de 4 semanas. Soy una ávida amante de los animales. Cuando vi que la caja se movía un poco, fui, miré y pensé que alguien lo había abandonado. No podía dejar de aceptarlo en ese momento».
Mujer encuentra su sala cubierta del relleno del sofá
Cuando las restricciones por la pandemia disminuyeron y Vickie comenzó a regresar al trabajo, se dio cuenta de que Bo mostraba algo de ansiedad por separación.
Cada vez que debe salir de casa, la mujer ubica a sus perros en sus propias habitaciones para evitar algunas travesuras mientras ella está fuera.
Bo fue ubicado en la sala de estar mientras su madre se encuentra en su trabajo, pero el curioso perrito consideró apropiado demostrarle a su madre exactamente cómo se sentía cada vez que ella estaba fuera de casa, así que cuando Vickie regresó estaba muy sorprendida. Toda su sala de estar estaba cubierta por el relleno del sofá.
Vickie cuenta:
“Entré, y él se sentó en medio de eso como: ‘Mira lo que hice por ti, mamá’. Pensé que me habían robado».
Bo destruyó cada parte del sofá, y el cuarto estaba totalmente cubierto de blanco como si de una esponjosa nube se tratara.
En el pasado ya había destruido algunos de sus juguetes, pero jamás algo tan grande como un sofá. Pero las cosas no quedaron allí, y cuando su madre lo puso en una jaula, la destruyo por completo e incluso atravesó una puerta.
La madre de Bo dijo:
“Masticó fuera de la jaula y luego atravesó la puerta. Llegué a casa y me recibió en la puerta. Sabía que estaba en problemas en ese momento. No tenía ni un rasguño en él. Lo llevé al veterinario. No se lastimó la boca, los dientes ni las patas. Es una fuerza a tener en cuenta».
Debido a sus problemas de ansiedad, Bo ha sido recetado con medicamentos para aliviar su ansiedad, y su madre espera que esto ayude a su querido compañero peludo a no meterse en problemas y no encontrar nuevas sorpresas al regresar a casa.