Por lo general, los animales que son rescatados de diferentes situaciones desfavorables, demuestran su agradecimiento de muchas maneras, incluso suelen apegarse demasiado a sus rescatadores.
Hace algunas semanas, un pequeño felino negro rescatado, fue llevado a Mini Cat Town, un refugio de gatitos ubicado en la ciudad de San José, California. El gatito se caracterizaba por ser cariñoso, por tener un par de ojos grandes como los de un ciervo y unas manitas como las de un pequeño oso.
Minutos después de llegar a su hogar de acogida, se limpió por completo, comió hasta llenar su barriga y encontró un regazo para acurrucarse.
Gatito se acurruca en el regazo de su familia adoptiva
El pequeño era muy dulce, y no tardó mucho para empezar a soltar sus adorables ronroneos frente a su humano, todo lo que quería eran caricias.
Laura Malone, la madre de acogida, dijo a Love Meow:
«Debido a que parece un osito y lo encontraron solo sin su mamá, lo llamamos Koda. Sus ojos son muy expresivos».
Durante los días siguientes, Koda se volvió demasiado exigente y constantemente pedía que sus humanos permanecieran cerca de él, sin ninguna restricción. Pero, a pesar de que recibía mucha atención y que tenía muchos juguetes para divertirse, Laura sabía que le faltaba un amigo de su tamaño.
Por ese tiempo, el refugio había encontrado a una gata sin hogar con sus bebés, en medio de un arbusto, cerca de un complejo de apartamentos. Nadie sabía de dónde provenía, pero se creía que había sido abandonada en el lugar o que era parte de una comunidad de gatos salvajes.
La adorable familia felina llegó a la casa de Laura para que pudieran tener un lugar seguro y confiable para criar a sus gatitos.
Laura comentó:
«Mamá usó la caja de arena y se comió toda la comida que le di antes de acostarse. Ha pasado de vivir en un arbusto a tener su propia suite con camas cómodas, servicio de habitaciones las 24 horas y masajes diarios».
Koda estuvo dos semanas en observación en una habitación separada, pero siempre acaparaba regazos y quería ser adorado por su familia. Cada vez que tenía la oportunidad de observar a su gente, Koda corría hacia ellos en busca de su atención, pero sobre todo de abrazos.
El plan inicial consistía en presentarle a la pequeña familia cuando estuvieran listos, y así Koda pudiera tener muchos amigos felinos.
Cuando llegó el momento indicado, la dulce mamá felina aceptó a Koda como si fuera de su camada e incluso trató de acariciarlo suavemente.
Koda se adaptó perfectamente a la camada de gatitos y no pasó mucho tiempo para empezar una sesión de lucha con sus hermanos adoptivos.
Gracias a la actitud enérgica de Koda, Lavender, la mamá felina, se ha llenado de mucha confianza y se está sintiendo más cómoda con los humanos.
Koda mantiene a su madre adoptiva alerta porque es muy travieso, por lo general se lanza sobre su espalda y la rodea con sus brazos. Lavender no juega mucho, pero siempre se aguanta todas las travesuras de su hijo adoptivo más travieso.
Cuando sus hermanos adoptivos se reúnen alrededor de su madre para recibir alimentación, Koda también se acerca y se acurruca en su regazo. El pequeño siempre quiere ser el centro de atención y no acepta un no como respuesta, no importa lo que esté haciendo Laura.
Laura agregó:
«Koda estaba tratando de llamar mi atención durante una reunión de la junta de Mini Cat Town, así que lo recogí y lo dejé unirse a la llamada».
En unas cuantas semanas más, Koda y su familia felina adoptiva, estarán listos para empezar su nueva aventura y conseguir un hogar para siempre.
Mientras tanto, Koda seguirá liderando su habitación de acogida y continuará enamorando a todos con su dulce y encantadora personalidad.