Un gato eligió la casa perfecta después de haber estado viviendo en las calles, y lo mejor es que se convirtió en el maestro y padre adoptivo de todos los gatitos que entran a su hogar.
Jen, una voluntaria adoptiva de Jin Bottle Babies, un centro de rescate de gatitos de Arizona, observó a un gato atigrado naranja en su patio trasero. La primera vez que lo vio sucedió hace tres años, en ese momento, el gato llamado Romeo, tenía las orejas aplastadas hacía los lados.
La mujer comenzó a cuidar al felino, lo esterilizó y lo examinó, sus oídos sanaron, pero las cicatrices dejaron un curioso aspecto en sus orejas.
Gato eligió la casa perfecta para vivir
Jen siempre cuidaba al gatito de graciosas “orejas de avión”, junto con los demás gatos necesitados de su localidad.
Jen dijo a Love Meow:
«Meneaba la cola como un perro y sus orejas planas confundían a otros gatos al pensar que estaba enojado».
Romeo no tenía ningún problema de salud y solo quería llevarse bien con los demás gatos, pero los otros felinos lo agredían sin razón.
Jen quiso ayudarlo, y después de una pelea callejera lo curó y decidió brindarle un hogar; lo mejor de todo es que encajó perfectamente. En poco tiempo, el chico atigrado se convirtió en una criatura llena de amor, y al parecer, lo único que quería era tener una casa para siempre.
Desde entonces, Romeo seguía a Jen a todos los lugares de la casa, quería atención, muchos abrazos y que lo adoraran permanentemente.
Jen agregó:
«Es un niño súper cariñoso y tierno. Siempre quiere estar en mi regazo. No es tímido, y si alguien viene, se sube en su regazo para que lo abracen».
Luego de convertirse en un gato de interior, demostró su verdadera personalidad y Jen comenzó a notar algo bastante admirable y especial en él. Romeo empezó a sentir una atracción especial por los gatitos adoptivos, era la única razón por la que se alejaba de su mamá.
Cada vez que llegaban nuevos gatitos, Romeo insistía en estar cerca de ellos para llenarlos de mucho amor y brindarles su valiosa protección. El adorable gato atigrado asume el papel de padre adoptivo, y en realidad se toma muy en serio sus deberes, cumpliendo todas sus tareas paternas.
Si llegado el caso los gatitos tienen cinco semanas o más, Romeo se convierte en su padre adoptivo y mentor, para llenarlos de mucho amor.
Jen comentó:
«Si un gatito está llorando, corre de un lado para otro tratando de encontrarlo y ayudarlo. Si los hago llorar por algún motivo, me da cabezazos».
Romeo se siente aceptado por los gatitos, lo adoran y disfrutan de su dulce compañía. El felino les enseña a bañarse cuidadosamente, y si son muy bruscos, les da un golpe en la cabeza para corregirlos, siempre con mucha ternura.
Jen agregó:
«Hace que la crianza sea mucho más fácil».
Al parecer, Romeo tiene una forma especial de llamar la atención de los pequeños gatitos, y ellos lo admiran y aprenden mucho de él.
En una ocasión, una gatita adoptiva llamada Lucy, estaba completamente sola en su habitación porque sus hermanos estaban visitando el veterinario. Romeo se enteró del suceso y decidió hacerle compañía todo el día hasta que volvieran sus hermanos, sabía exactamente lo que necesitaba Lucy.
Sin duda, la labor más importante de Romeo es ser un padre adoptivo; a pesar de los esfuerzos de los voluntarios, hay cosas que las hace mejor un padre felino.
Jen dijo:
«No podríamos enseñarle a un gatito a mantenerse limpio tan bien como las entusiastas sesiones de baño de Romeo».
Con la gran ayuda de Romeo y sus constantes lecciones de vida, estos gatitos logran tener la educación perfecta para ser unos gatos ejemplares.
Romeo no solo encontró la casa perfecta después de vagar por las calles, sino que también encontró una profesión llena de amor para siempre.
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