Seneca Krueger, una psicoterapeuta acogió hace un año a Zelda, una perrita insegura y nerviosa. La mujer se ha dedicado a recibir perros rescatados y les ayuda a recobrar la confianza en los humanos para que luego consigan una familia para siempre, lo que Seneca nunca imaginó es el viaje que la pequeña Zelda haría para regresar a su lado.
Hasta ahora la mujer ha cuidado a cerca de 30 perros, pero Zelda fue un caso un poco difícil.
Seneca dijo a The Dodo:
«Ella vino con medicamentos contra la ansiedad, Zelda se paseaba. Todo el día estuvo paseando o escondiéndose».
Perro viaja 40 millas para regresar a casa
Durante el proceso de ayudar a Zelda a tener confianza, la mujer notó que la perrita se sentía más segura cuando usaba una correa, así poco a poco fue sintiéndose más tranquila y segura.
Seneca agregó:
«Cuando estaba en casa, ella estaba unida a mí. En el transcurso de dos semanas de entrenamiento con correa, también la había destetado de sus medicamentos contra la ansiedad, y el ritmo disminuyó. Incluso estaba dispuesta a salir de su escondite sola por breves períodos de tiempo».
Luego de dos meses junto a Seneca, su familia y dos perros más, la perrita al fin movió su cola, pasados 4 meses empezó a jugar y ladrar, aunque en ocasiones se podía asustar con ruidos extraños o al paso de los visitantes, pero la mujer sabía que habían tenido un gran avance y ya era el momento de dejarla ir.
Seneca dijo:
«Cuando Zelda comenzó a ganar un poco más de confianza, decidí que era hora de que ella encontrara para siempre una casa, esto es lo que se supone que debes hacer como hogar de acogida, ayudarlos a adaptarse y luego felizmente despedirse mientras avanzan y viven sus mejores vidas».
Seneca condujo su auto 40 millas llevando a Zelda a su nuevo hogar, pero no imaginó que sería una tarea difícil.
Ella comentó:
«Tuve que parar al costado del camino porque no podía ver a través de mis lágrimas, por primera vez en mis 12 años de cuidado de crianza de perros, sentí que había regalado a mi perro».
Pasados 10 días de dejar a Zelda en su nuevo hogar, recibió una terrible noticia, la perrita desapareció luego de que se deslizara su correa. Seneca tomó su auto y salió en su búsqueda.
El equipo voluntario de búsqueda de perros llamado START (Equipo de búsqueda, rastreo y recuperación) se unió en la búsqueda de Zelda. Ellos instalaron cámaras y estaciones de alimentación en el área, y poco a poco aparecieron imágenes de Zelda.
Aún cuando habían bajas temperaturas, la mujer no paró de buscar.
Seneca dijo:
«Los días más fríos fueron los que pasé la mayor parte del tiempo buscando porque estaba desesperada por calentar y proteger a Zelda. [Yo] pasé horas en el frío helado, siguiendo las huellas de los perros a través de barrancos, pantanos y campos congelados».
Pasaron cerca de dos meses cuando Seneca recibió información de que Zelda había sido vista en Minneapolis, eso estaba a medio camino entre su casa y el hogar a donde había sido llevada la perrita. En ese momento Seneca comprendió que la pequeña estaba tratando de regresar a su lado.
Los adoptantes decidieron desistir de la adopción de Zelda con Wags and Whiskers Animal Rescue, organización que organizó la adopción de la perrita. Seneca estaba feliz de tenerla de regreso al menos en papel, y ahora más que nunca no dejaría de buscarla.
La mujer dijo:
«Era mía otra vez, y estaba más decidida que nunca a encontrarla».
Dos semanas más tarde la mujer recibió noticias acera de Zelda, parece que la habían visto cerca a su hogar pero era increíble pensar que un perro viajó tantas millas, de inmediato organizo estaciones de alimento y dejó prendas de vestir en el patio delantero con la idea de que el olor ayudaría a la perrita a encontrar su casa. Una pareja habló con la mujer acerca de una perrita nerviosa que habían estado alimentando por un tiempo.
Seneca agregó:
«Aunque realmente quería que este perro fuera mi Zelda, sabía que si había un perro perdido y asustado en las calles, teníamos que ayudarlo, incluso si no fuera el perro que yo sabía y amaba, y extrañaba mucho».
Cuando la pareja consiguió atrapar a la perrita, se comunicaron de inmediato con Seneca. Ella llegó al lugar y apenas logró reconocerla, se veía asustada y demacrada por el tiempo en las calles. Cuando llegó el gerente de START, y realizó un escaneo rápido del microchip de la perrita confirmó que era Zelda.
Finalmente luego de varios meses deambulando, y viajar 40 millas, la pequeña encontró su hogar.
Seneca dijo:
«Fue un milagro, ¿y qué más haces frente a un milagro? Sollocé, me disculpé con Zelda por no reconocerla. La toqué por primera vez en 97 días. Le aseguré que se iría a casa para siempre y que nunca dejé de buscarla».
Zelda ahora se encuentra feliz y adaptándose a su vida en casa de nuevo.
Seneca cuenta:
«Se ha convertido en mi perro velcro, y nunca está a más de unos metros de mí en todo momento, mis otros perros también están felices de tenerla de regreso y de cuidarla mucho».
Ahora Zelda tiene su hogar y no se irá nunca más.
Seneca finalizó:
«Nunca podría haber imaginado que todo el tiempo que estuve buscando a Zelda, ella también me estaba buscando a mí, Zelda es oficialmente mi perro. Pero seamos honestos, no es que tuviera otra opción. Es muy persistente».
No hay duda del increíble amor y lealtad que los animales tiene hacia nosotros, así como un perro viajó millas para demostrar su amor, cada animal tiene su forma de decirnos y demostrarnos cuánto nos aman.