Antes de ser rescatado, este perro deambulaba solo por las calles de los Ángeles, Estados Unidos, al parecer, llevaba casi toda su vida viviendo de esta manera. En ese momento, el perrito tenía alrededor de 11 años, y debido a su edad se enfermó demasiado y solo quería encontrar un poco de ayuda.
Un día, el perro mayor decidió tomar una siesta en el porche de la casa de una mujer, pero decidió quedarse en este lugar hasta encontrar la ayuda necesaria. La mujer notó que el perrito estaba enfermo y muy asustado, así que decidió acercarse para observar qué le pasaba.
Después de varios días, el perro llamado Solovino por la mujer, todavía permanecía en el porche, por lo que decidió hacer algo para ayudarlo.
Perro mayor y sordo encuentra un hogar
La mujer se contactó con el refugio de animales Rocket Dog Rescue, quienes aceptaron cuidar de Solovino y lo llevaron a su sede en San francisco. El centro de rescate se especializa en ayudar animales sin hogar, pero el perro primero fue puesto en un hogar de acogida para que se acostumbrara a su nuevo entorno.
Lastimosamente, a Solovino lo adoptaron varias veces, pero por alguna razón todas esas veces lo devolvieron al refugio, sin dar muchas explicaciones.
Nadie podía entender por qué el dulce perrito no podía encontrar un hogar adecuado, hasta que apareció Carol Messina para cambiar su vida.
Por cosas del destino, Carol vio la foto de Solovino en internet y de inmediato supo que era el perro adecuado para ella y decidió adoptarlo.
Carol dijo a The Dodo:
«Tan pronto como vi su rostro en el sitio, quería amarlo. Entonces vi que se llamaba Solovino, y al ser una gran fan de Star Wars, inmediatamente pensé: ‘¡Bueno, su nombre es Solo! Sabía que era el destino. Luego, cuando lo conocí y vi lo triste que estaba, supe que se quedaría conmigo para siempre, pase lo que pase».
Cuando conoció a Solo por primera vez, estaba muy triste, tímido y confiaba poco en las personas, pero sabía que con ella estaría a salvo.
Solovino llegó a su nuevo hogar y aunque debería estar feliz, estaba aterrorizado, al parecer, vivir tanto tiempo en las calles lo había afectado. Además, era muy cauteloso con las personas y poco confiable, como si pensara que Carol lo iba a devolver como lo hicieron los demás adoptantes.
Carol agregó:
«Cuando vino a vivir conmigo, mantuvo su cola entre sus patas durante meses. Era poco sociable con los perros, las personas y los gatos, se estremecía cada vez que alguien trataba de acariciarlo».
Pronto, Carol haría un descubrimiento que cambiaría la situación de Solo, pues estaba casi completamente sordo y su dentadura le molestaba mucho. Incluso, los voluntarios del refugio tampoco se habían dado cuenta de esto, lo que explicaba un poco las razones de su extraña actitud.
Tal vez, el no poder escuchar a las personas cuando se acercaban era la razón por la cual mantenía tanta ansiedad o permanecía muy nervioso. Además, sus dientes le estaban causando mucho dolor y le resultaba muy difícil estar contento con alguna actividad o demostrar su verdadera actitud.
Entonces, su nueva madre decidió llevarlo al veterinario para que le repararan los dientes, y una vez que lo hicieron, Solo cambió totalmente.
El perro comenzó a jugar y a correr por todos los lugares de la casa, e incluso comenzó a conocer nuevos perros para formar lindas amistades. Para ayudarle con su problema de audición, Carol le compró un arnés que dice sordo, para que la gente sepa y pregunte antes de acariciarlo.
También, siempre enciende y apaga las luces de la casa, para que Solo sepa que ella se acerca y no se asuste con su presencia.
Solovino ha cambiado por completo, en poco tiempo se convirtió en un perro alegre, extrovertido y disfruta de su vida al máximo.
Carol comentó:
«Las personas que viven a nuestro alrededor siempre comentan que ya ni siquiera parece el mismo perro. No abrió la boca ni siquiera para jadear durante meses, y ahora sonríe, da vueltas y corre al aire libre una docena de veces al día».
A pesar de sus problemas de salud, la vida de Solovino cambió totalmente y ahora está muy feliz de vivir sus años dorados al lado de su nueva mamá.
Luego de vivir tantos años en las calles, lo mejor que le pudo haber pasado a Solovino fue haber encontrado un hogar para siempre.