Max es un dulce cocker spaniel de 2 años de edad, con una gran capacidad de aprendizaje. El perro tiene una facilidad para manejar los comandos de su entrenamiento al punto que usa sus habilidades entrenando también a su familia para recibir abrazos de despedida.
Kathryn Tope la madre adoptiva de Max dijo a The Dodo:
«Realmente le enseñé las necesidades básicas. Todo lo demás lo aprendió él mismo, Max aprende algo después de que lo dices una o dos veces, por lo que simplemente hizo su propio camino».
Perro entrenó a su familia para recibir abrazos
Cuando Max desea salir a pasear toca una campana, así avisa a sus padres, suele poner sus patas en la cama cuando quiere levantarlos, pero el mejor truco que este pequeño perro le enseñó a sus padres es el de abrazarlo cada vez que salen a trabajar.
Esto aún sorprende a su madre adoptiva, Kathryn, quien comenta:
«No sé exactamente cuándo nos dimos cuenta de que habíamos sido entrenados, generalmente está allí esperando cuando alguien se está preparando para irse y luego simplemente salta para recibir su abrazo».
Max tiene como requisito un mínimo de tres abrazos, esto requiere algo de tiempo, pero este ritual no es algo exclusivo que hace con su familia, Max espera abrazos de todo aquel que llegue de visita a su hogar.
Kathryn dijo también:
«Hace esto cuando la gente sale de la casa si solo han estado de visita, [Al igual que] el electricista, o el reparador de la lavadora, o el tipo de la compañía de agua! Todos aplican».
Max suele regalar abrazos cuando él se va; sin duda le gusta brindar amor a las personas, también lo hace cuando sale de la guardería.
Su madre agrega:
«Cuando dejamos la guardería, si hay otras personas allí esperando a sus perros, a él le gusta darles un abrazo antes de venir a nosotros».
Pero no creas que Max solo sabe dar abrazos de despedida, su rutina incluye grandes saludos de bienvenida a casa también. Cuando Max siente que alguien se acerca suele observar a través del cristal de la puerta de entrada, seguido a esto piensa muy bien qué zapato dará como su obsequio de llegada.
Kathryn dijo:
«Cuando entran, él baila alrededor de sus pies y cuando le quitan su regalo, reciben un abrazo de bienvenida en casa».
No hay duda que para Max los abrazos tiene un gran valor y significado, no pueden faltar en su día a día, y le gusta que lo incluyan en todo lo que sucede a su alrededor.
Su madre adoptiva dijo:
«Hará todo lo que pueda para aferrarse al abrazo, si falla en eso, intentará interrumpir todo».