Mary Lynn Cristiano nunca pensó que Sasha, su perrita rescatada, se pudiera hacer amiga de otro perro. La pitbull de 9 años siempre ha sido bastante ansiosa cuando se trata de otros perros, y realmente nunca le han interesado los juguetes o el simple hecho de jugar. Mary asegura que es como si Sasha simplemente no supiera cómo ser un perro.
Pero increíblemente todo eso cambió cuando Mary llevó a casa dos cachorros llamados Biagio y Donatella. La mujer esperaba que presentándolos paulatinamente, Sasha aprendería a tolerarlos. Lo que nunca esperó es que luego de un par de semanas, la pitbull formaría un vínculo con los cachorros, especialmente con Donatella.
Mary le dijo a The Dodo:
“Es la perra más torpe. Se sienta torpemente, come torpemente. Ella es adorable, pero es tan pegajosa».
Perrita está obsesionada con besar a su nueva hermana
Antes de que Sasha conociera a sus nuevos hermanos, se consolaba lamiendo los pies a su madre constantemente. Ahora disfruta pasar el rato junto a sus hermanos y es realmente adorable. Donatella es de raza Xoloitzcuintli y casi en su totalidad no tiene pelo, y algo en la textura de su piel hizo que Sasha quisiera lamerla constantemente.
Mary cuenta:
“Es una lamedora compulsiva. Antes de los cachorros, ella siempre nos lamía los pies, y es adorable, pero luego es como: ‘Llevamos 20 minutos y no quiero que me laman más’”.
Por suerte, a diferencia de Cristiano, a Donatella no le importan los baños de lengua de Sasha y al parecer los disfruta bastante.
Mary asegura:
«Ambos están felices ahora porque Sasha tiene a alguien a quien lamer y el cachorro se está quedando dormido».
A diario, estas dos hermanas se preparan para su divertida sesión de spa en casa. Sasha logra calmar su ansiedad lamiendo a Donatella, y Donatella por su parte recibe un largo baño y un merecido masaje que mantiene su piel limpia e hidratada.
Mary agregó:
“Ocupan todo el sofá cuando hacen su tratamiento de spa. Ambos tienen que acostarse y nadie más puede tener el sofá».
Mary nunca imaginó que Sasha abriría su corazón a sus dos nuevos compañeros de juegos. Y ahora, gracias a ellos la personalidad incómoda de la pitbull ha cambiado por completo.
Mary dice:
“Los dos cachorros le dan mucha vida. No creo que estuviera muy satisfecha antes, nunca jugó con juguetes ni pudo jugar con otros perros, y con estos dos cachorros, de repente le encanta masticar juguetes, le encantan las pelotas de tenis, le encanta luchar con ellos. Es tan divertido».
Desde la llegada de sus hermanos, cada día es una nueva aventura para Sasha, al parecer un perro puede continuar aprendiendo nuevos trucos con el tiempo y mucho mejor si es en compañía de sus peludos hermanos.
Finalmente, Mary añadió:
“Hemos traído dos cachorros monstruosos que le muerden la cara, le tiran del rabo y saltan sobre ella, y ella lo adora. Es lo más extraño, pero a ella realmente le gustan».