Una mujer se volvió la mejor amiga de un corpulento toro, después de rescatarlo cuando solo era un pequeño becerro, y ahora comparten y disfrutan su vida como lo haría cualquier pareja de mejores amigos.
Cuando la joven Heidi Ross encontró al pequeño becerro en una pila de estiércol, boca abajo y sin poder respirar, sabía que tenía que ayudarlo. El indefenso becerro conmovió el corazón de Heidi, por lo que tenía que hacer lo que estuviera a su alcance para poder rescatarlo.
En ese momento, la joven trabajaba en una granja y tuvo que rogarle al gerente para que la dejara comprar al becerro, en vez de enviarlo al matadero.
Mujer es la mejor amiga de un gran toro
El becerro ahora llamado Thor, nació casi un mes antes de tiempo, así que no podía pararse ni caminar solo, lo que complicaba su existencia. Heidi, quien vive en Scottish Highlands, no le importaba la condición de Thor, pues para ella lo verdaderamente importante era poder rescatarlo.
Desde ese día ha estado cuidando a Thor y, aunque ahora se ha convertido en un gran toro de casi 750 kilogramos, sigue siendo su adorable mascota.
A pesar de las grandes diferencias físicas y de comportamiento, Thor y Heidi han creado un vínculo de amistad casi irrompible e increíble. Inclusive, cada vez que Heidi lo acaricia, Thor se acuesta y se da la vuelta como un perro para que le haga cosquillas en su barriga.
Heidi dijo a METRO:
«Encargarme de él ha sido una decisión enorme para mí, nunca había pasado tiempo con animales grandes, lo más grande que había tenido era un conejillo de indias, por lo que encontrarme con Thor ha sido una gran experiencia».
La joven asegura que ha tenido que trabajar mucho en la confianza que le tiene; aunque él nunca le haría daño, la podría lastimar sin intención. Thor no es agresivo, pero debido a su tamaño, no se da cuenta que algunos movimientos pueden lastimar a su amiga, incluso cuando demuestra cariño.
Heidi agregó:
«Cuando recibo un golpe involuntario de su cabeza realmente puede doler».
Pero lo cierto es que, Thor se ha convertido en su apoyo incondicional y tiene la capacidad de animarla cuando tiene un mal día. Thor es como cualquier mascota, le encanta el contacto con las personas, tanto que Heidi puede acostarse sobre él y parece que le gusta mucho.
Heidi comentó:
«Creo que cualquier animal que tenga la oportunidad, demostrará que todas las criaturas son sensibles, tienen sentimientos y emociones, al igual que los animales domésticos».
La mujer dice que, si alguien le hubiera preguntado o dicho tres años atrás que ella estaría cuidando a un toro gigante, no lo hubiera creído.
Pero la realidad es que ahora no le importa estar cubierta de tierra, tener paja en su cabello y pasar los domingos limpiando el granero.
Heidi dijo:
«Aquí estamos y no lo cambiaría por nada del mundo».
Ya han pasado tres años desde que Heidi rescató al becerro, ahora Thor es un toro maduro y próspero, que disfruta de su gran vida.