Cheeky es una encantadora perrita mayor que jamás ha conocido a un gato del que no desee ser amiga. La canina de 14 años es experta en tratar a los felinos con delicadeza y amor, todo esto gracias a su actitud tranquila que ha desarrollado con los gatitos que Liz Heck suele acoger en casa.
Recientemente, Cheeky se encontró con una gata que resultó ser un desafío. Hace unos meses una felina sin hogar comenzó a frecuentar el porche de la casa de Cheeky para cenar, pues Liz suele dejar un plato con comida para los animales sin hogar del vecindario. Con el tiempo, la gata se sintió con más confianza y decidió investigar el hogar de la mujer.
Liz le dijo a The Dodo:
“Ella se subió a la cerca de nuestro patio trasero. Mi esposa fue a dejar salir a Cheeky, sin saber que la gata estaba allí, y se asustó y arañó a Cheeky en la nariz”.
Mujer atrapa a su perrita mayor acurrucada con una gata sin hogar
Los dos animales estaban muy emocionados por el encuentro. Pero Liz y su esposa sabían que la gata estaba allí por una razón; necesitaba un lugar seguro donde vivir.
Liz cuenta:
“Luego, le presentamos lentamente a Cheeky a la gata, haciéndole saber que no la lastimaría. Ahora, [la gata] no ha salido de nuestro patio trasero o porche en los últimos cinco días”.
La mujer no se había percatado de lo cercanos que se habían vuelto Cheeky y la gatita, a quien llamaron Sushi, hasta que salió un día y las encontró acurrucándose felices juntas bajo el sol. Era claro que la perrita mayor finalmente había hecho de las suyas, ganándose el amor de la nerviosa gatita.
Liz dice:
“[A Sushi] le encanta pasar el rato con Cheeky cuando sale. Así que ahora ponemos comida para gatos en el porche trasero para ella y ponemos una almohadilla térmica en una caja, donde duerme por la noche”.
Liz agregó:
“Cheeky es demasiado grande para la almohadilla térmica, pero siempre sale para acostarse en la cama de perro o en el césped cuando hace sol, y a la gata le encanta frotarse sobre ella y dejar que Cheeky le limpie la cabeza”.
Ahora Sushi se está acostumbrando a la idea de ser parte de una familia y entra en la noche cuando siente demasiado frío. Y aunque la gata disfruta de su independencia, está claro que disfruta tener con quien acurrucarse para una siesta y jugar.