El cementerio Green-Wood ubicado en el sur de Brooklyn, Estados Unidos, posee un gran número de personajes famosos en sus campos; incluso personajes de la guerra civil, pero existe un residente que está llevándose toda la atención.
Entre las innumerables estatuas de ángeles y figuras decorativas, se encuentra la imagen en bronce de un perro llamado Rex, quien parece vigilar la tumba de su antiguo dueño por más de 100 años.
Se cree que el padre del can era un antiguo comerciante de fruta llamado John E. Stow fallecido en 1884. Muchos de los visitantes del cementerio han tomado como práctica recolectar ramas y dejarlas a los pies del leal perro.
Personas dejan palos en la tumba de este perro
Stacy Locke, gerente de comunicaciones del cementerio Green-Wood le dijo a The Dodo:
«Cuando se trata de Rex, obviamente se destaca. La gente lo ve desde la carretera; es una especie de lugar destacado, justo al lado de la intersección de dos carreteras».
Debido a la pandemia por el COVID-19, el lugar se ha convertido en un escape para quienes desean disfrutar de la naturaleza, y desde que estas visitas aumentaron, también lo hizo la colección de palos de Rex.
Stacey agregó:
«Está justo debajo de un árbol y hay muchos palos. La gente deja caer un palo sobre sus pequeñas patas. Alguien también dejó una foto de un perro allí una vez, tal vez su pequeña mascota que falleció, como para decir, ‘Rex, cuida de mi pequeño’”.
El cementerio de 478 acres también alberga otras mascotas además de Rex. Antes de que la junta de fideicomisarios del cementerio prohibiera los entierros de animales en 1879, muchos otros compañeros fieles fueron enterrados junto a sus queridos humanos.
Entre los archivos de Green-Wood, que datan del siglo XIX existe una nota que habla de la ubicación de una estatua de bronce de un perro, aún se desconoce si realmente Rex se encuentra enterrado junto a su dueño, pero a las personas les gusta creer que es así.
La gerente de comunicaciones del cementerio añadió:
“Hay otra escultura de perro que tiene una historia misteriosa similar pero está un poco más fuera de lo común. Y a ese normalmente le dejan juguetes».
La escultura de Rex y los miles de obsequios que los visitantes suelen dejarle como tributo, nos muestra que el amor de un perro definitivamente será eterno.