Los animales tienen gustos particulares y a veces un poco extraños. Cuando se enamoran de algo, lo cuidan como si fuera su tesoro. Este adorable gato llamado Lucas, era solo un pequeño gatito cuando se enamoró por completo de un leopardo de peluche de su mismo tamaño.
Si bien, ya han pasado cuatro años desde que Lucas conoció a su leopardo, él no deja de amar a su juguete preferido.
Alana, la madre de Lucas, dijo a The Dodo:
«Obtuve el juguete de mi zoológico local, junto con algunos otros animales de peluche. Por lo general, deja a mis peluches solos, pero no deja a este solo».
Gato esperó pacientemente a que repararan su juguete
El tiempo ha pasado y el leopardo se ha vuelto un poco irregular, pero a Lucas parece no importarle su estado físico. Y es que, hay algo especial para Lucas en este peluche; además de ser su pequeño mejor amigo, es como su “manta de seguridad”.
Alana dijo:
«Se vuelve loco por su peluche. Lo encuentro en todo tipo de lugares extraños cubierto de saliva de gato».
La abuela de Alana decidió irse a vivir con ellos el año pasado, y desde que llegó a la casa, inmediatamente se enamoró de Lucas. También se dio cuenta del mal estado del leopardo, ya que se le salía el relleno y la tela estaba rota por algunos lados, por lo que decidió darle un poco de vida.
Alana dijo:
«Ha tenido este juguete durante probablemente cuatro años, y se rasgó debido al desgaste. Mi abuela se mudó con nosotros el año pasado y realmente ama a Lucas. [Ella] vio que su juguete favorito estaba rasgado, así que lo volvió a coser».
El adorable gato estaba fascinado y concentrado viendo cómo la aguja y el hilo se movían a través de su juguete favorito. Lucas se sentó al lado y esperó pacientemente mientras la abuela le realizaba una pequeña “cirugía” a su mejor amigo de peluche.
Alana dijo:
«Él la miró todo el tiempo. Estaba muy interesado en lo que estaba haciendo».
Luego de unos minutos de espera, la abuela finalmente terminó de coser al pequeño leopardo que había quedado como nuevo. Luego, la abuela le devolvió el juguete a Lucas, y fue muy evidente que el lindo gato quedó muy satisfecho con el trabajo de su abuela y los resultados.
Alana dijo:
«¡Lucas estaba muy feliz!».
A simple vista, puede ser un gesto común, pero conociendo lo importante que es este juguete de peluche para Lucas, sin duda fue un acto muy valioso.
Gracias a la dulce acción de su abuela, Lucas podrá tener a su mejor amigo de peluche por muchos años más.