Un par de pequeños gatitos gemelos llegaron a su hogar de acogida con la esperanza de tener una nueva oportunidad y obtener una mejor calidad de vida. A pesar de sus limitaciones y de los problemas que aparentemente padecían, ambos compartían un vínculo muy especial que los unía y les daba fuerzas suficientes.
El centro de rescate de animales The Animal Welfare League of Arlington, de Virginia, había rescatado a una camada de gatos huérfanos que necesitaban cuidados de crianza. Entre la camada se encontraban los dos hermanos, los cuales estaban en mal estado de salud, por lo que requerían atención y cuidados adicionales las 24 horas.
Gatitos gemelos prosperan ayudándose mutuamente
Lauren Strycula, una voluntaria del programa de crianza de la organización, llamado Kitten College program, conoció el caso y se ofreció a ayudar.
Ella y un compañero voluntario trabajaron en equipo para asegurar que todos los gatitos de la camada tuvieran una oportunidad de luchar para tener una vida normal. Pero la voluntaria se encargó especialmente de la recuperación de los dos hermanos; estaba decidida a que estos dos felinos tenían que salir adelante.
Lauren dijo a Love Meow:
«Recogí a Jace y Jax cuando tenían ocho días de edad. Salvar gatitos realmente es difícil, y solo es posible cuando todos colaboran y ayudan entre sí».
La primera semana con los pequeños estuvo llena de altibajos, algunas veces estaban bien y otras veces se complicaban, pero seguían luchando por su vida. Luchaban por alimentarse y tomar del biberón, además tenían problemas de salud que les impedía descansar lo suficiente para recargar energías y continuar con su lucha.
A pesar de todo eso, parecía que los hermanos todo el tiempo se aferraban el uno al otro para consolarse y darse fuerza para prosperar.
Lauren dijo:
«Inmediatamente comenzamos a suministrar medicamentos para ambos gatitos y, felizmente, solo pasaron unos días antes de que las cosas comenzaran a mejorar. Pude ver una diferencia notable en sus estados de ánimo, y los chicos finalmente comenzaron a ganar peso significativamente».
El pequeño Jace que era el más débil de los dos, se recuperó como un campeón y pronto se aferró con éxito a su biberón y bebió como si no hubiera un mañana. Su energía inmediatamente se pasó a su hermano Jax, pues se sintió muy motivado para alimentarse y comenzó a comer más de lo normal.
Era notable que la recuperación de los gatitos iba en marcha, y que las ganas de vivir de ambos superaban cualquier problema que pudieran tener.
Lauren dijo:
«Podría haber llorado al ver las primeras sacudidas de la oreja de Jace».
El dúo de hermanos inseparables comenzó a ganar peso y a tener mucha fuerza, por lo que sus personalidades únicas comenzaron a brillar.
Lauren dijo:
«Cariñosamente llamamos a Jace nuestro pequeño bicho raro porque tiene la personalidad más tonta. Siempre nos reímos por sus tontas posiciones para dormir y sus extravagantes travesuras».
Mientras que Jace es el más travieso y exige afecto constantemente, Jax se caracteriza por ser el más tierno y tiene un temperamento muy dulce. Aunque tienen personalidades muy diferentes, los dos hermanos se complementan perfectamente, como si fueran el Yin y el Yang.
Físicamente son muy similares, pero hay ciertas características que los distingue.
Lauren dijo:
«Puedes distinguir a Jax de su hermano gemelo porque tiene un triángulo perfecto como un resplandor y la oreja izquierda blanca. El resplandor de Jace es un poco torcido (como su sombrero) y su oreja derecha es blanca».
Los hermanos comenzaron a amamantarse mutuamente para sentirse cómodos, un hábito que es muy usual en los gatitos huérfanos, pero es perjudicial para ambos. Así que era necesario cortar el problema de raíz y encontrar una solución a este comportamiento lo más rápido posible, para evitar problemas en un futuro.
Mientras vigilaba a los pequeños, Lauren recibió ayuda acertadamente de un peluche que llamaron Snuggle Lamb, y lo puso entre ellos. Fue la mejor solución, pues de esta manera no era necesario separarlos, ya que podían continuar haciendo sus cosas juntos sin hacerse daño.
Ahora a sus cuatro semanas de edad, Jace y Jax están dejando ese mal hábito a medida que avanzan hacia su próxima etapa en la vida. Jace, el chico más revoltoso y travieso, mantiene a su hermano muy ocupado y cansado, siempre quiere jugar y no acepta un no como respuesta.
Lauren dijo:
«Los chicos están constantemente luchando entre ellos. Cuando miro su cama, veo una manada de patas agitadas. Son los mejores amigos y hacen todo juntos».
Por lo pronto, los gemelos seguirán prosperando en su hogar de acogida y Lauren está muy orgullosa de lo lejos que han llegado juntos.