Daisy es una encantadora gatita a la cual parece que no le gustan los humanos. La felina ha estado bajo el cuidado de un refugio en dos oportunidades antes de cumplir los siete meses. Daisy fue llevada a la RSPCA cuando era tan solo una diminuta gatita, y a pesar de ser adoptada, se encontró de regreso allí sola cuatro semanas después.
Esta felina tiene muy definidos sus intereses y gustos, y realmente no solo no le gustan mucho los humanos, sino que tampoco se llevaba bien con otros gatos; lo que finalmente desencadenó que las familias consideraran demasiado difícil tenerla bajo su cuidado.
Por suerte para esta maravillosa gatita, la granjera Ruth Grice decidió acogerla y ofrecerle el hogar que tanto deseaba la felina. Desde entonces, Daisy ha sido aceptada por un grupo de vacas e incluso duerme en el heno con ellas.
Ruth le dijo a Metro:
«Encontró un lugar cálido en el cobertizo de los terneros y ahora está muy feliz. Está muy bien acomodada. Estamos muy contentos de haberla adoptado».
Gatita es adoptada por vacas
Ruth tiene su granja en Melton Mowbray, Leicestershire, Inglaterra. Ella aseguró que sabía en qué se estaban metiendo al adoptar a Daisy, y su familia no esperaba que ella quisiera tener mucho contacto con los humanos. Ruth recuerda que el primer encuentro de Daisy con los terneros fue muy dulce, se olfatearon y se saludaron muy amistosos; ahora son toda una familia.
El comportamiento asocial de Daisy pudo causar que fuera algo difícil encontrar el hogar ideal, pero por suerte la gatita se topó con Ruth y sus maravillosas vacas.
Ella Carpenter, la directora del RSPCA Radcliffe Animal Center, dijo:
«Así como las personas tienen necesidades y personalidades individuales, también las tienen los gatos. Estos gatos provienen de una variedad de orígenes. Es posible que hayan estado poco socializados cuando eran gatitos muy pequeños y es posible que no hayan tenido el tipo correcto de interacciones con las personas. Pueden ver a las personas como una amenaza y encontrar su comportamiento impredecible, inquietante y no deseado».
Ella asegura que, en algunos casos, como con Daisy, les va bien en un entorno libre en el que tengan comida y refugio y una persona que los cuide, eso sí, desde la distancia.
De acuerdo con la especialista, hay muchos entornos apropiados donde este pueda ser el caso, como los establos, las granjas y amplios jardines. Y por supuesto eso es exactamente lo que necesitaba Daisy para ser una gatita feliz.