Aunque Pumba puede parecer un poco feroz e intimidante, la verdad es que es un amoroso gato salvaje o caracal, que fue domesticado por su familia y no lo piensa dos veces cuando se trata de brindarle amor a sus seres queridos.

Este gran felino vive en Letonia con Deniss Jegorovs de 18 años y demás familiares, y cabe resaltar que en este país se permiten tener caracales como mascotas.

Los caracales son gatos salvajes de tamaño mediano que originalmente son nativos de África, Medio Oriente, Asia Central y algunas partes del sur de Asia.

Amoroso gato salvaje no quiere estar solo

Instagram/ pumbacaracal

A pesar de su instinto salvaje, su enorme apetito y tendencia a querer escaparse, Pumba se ha convertido en un gato cariñoso que no le gusta estar solo.

Deniss dijo, según METRO:

«Pumba odia estar solo, así que por lo general nos sigue durante el día. Le gusta sentarse a nuestro lado y ver la televisión por la noche».

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Generalmente, Pumba se alimenta tres veces al día y le gusta pasar tiempo con los otros dos gatos de la casa, un Maine Coon y un British Shorthair. Su familia admite que muchas veces Pumba les sisea por alguna razón, pero le gusta frotarse con sus pies y dormir con ellos.

Además, es un animal muy amable siempre y cuando no lo estén molestando, sin embargo, deja claro que siempre quiere estar acompañado.

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Deniss agregó:

«No le gusta estar solo, a veces incluso grita cuando se siente solo».

Casi todos los días el adorable Pumba se la pasa vigilando lo que su familia hace, y se ha convertido en un miembro más de la familia.

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Pumba es más inteligente que un gato normal, por lo que sus gestos y signos de amor son más sinceros que los de otro felino. Sin duda, tener a un gran felino como mascota atrae mucho la atención de las personas y cuando lo sacan a pasear quedan sorprendidos.

En ocasiones, la gente se emociona cuando lo ven por primera vez, pero muchas personas le tienen miedo y hasta preguntan si es peligroso.

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No obstante, cuidar a un gran felino tiene sus propias complicaciones, ya que su instinto salvaje suele aparecer en diversas situaciones. Por lo general, cada vez que Pumba se despierta con su familia, comienza a pedirles comida de forma desesperada para calmar su inmenso apetito.

Cuando llega el verano suele vivir al aire libre, pero en otoño hace mucho frío por lo que se queda en casa hasta mediados de la primavera.

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A veces suele escaparse sin dar mayor aviso y el principal desafío de su familia es evitar que se salga de su territorio. Ya sucedió en el pasado y debido a que no conocía la zona, no pudo encontrar el camino de regreso y su familia lo buscó por varios días.

Afortunadamente lograron encontrarlo, pero hay otros peligros en la naturaleza que tal vez afectarían directamente al felino, como el lago congelado en invierno.

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Pese a todas sus dificultades a la hora de cuidarlo, lo más importante es que su familia realmente lo ama sin ninguna condición.