Una mujer escuchó un sonido muy débil proveniente del exterior en la noche, y tras buscar en los alrededores el origen de los sonidos, logró identificar a una pequeña gatita sola en un arbusto. La mujer esperó a ver si su madre aparecía en busca de su bebé, pero esto nunca ocurrió.
A la mañana siguiente, el llanto de la gatita por su madre continuaba. La pequeña pudo caerse mientras su madre movía a sus bebés o simplemente haber sido dejada atrás, así que la mujer recogió a la pequeña y buscó ayuda.
Ella se comunicó con un rescatista voluntario quien se ofreció a trasladar a la gatita hasta el Chatons Orphelins Montréal, un centro de rescate de gatos en Montreal en Canadá.
Celine Crom, quien pertenece al Chatons Orphelins le dijo a Love Meow:
«Le dieron a la gatita una segunda oportunidad en la vida, y la pequeña llegó con una botella de agua tibia a su lado. Tenía tanta hambre que se arrojó a la botella de leche, tratando desesperadamente de comer».
Pequeña gatita es encontrada en un arbusto
La pequeña felina fue llamada Carla; era una adorable calicó con una fuerza interior increíble aunque aún no abría sus ojos. Podía encontrar rápidamente y por instinto el biberón, y se lo devoraba con mucha prisa.
La adorable Carla era realmente muy diminuta; su tamaño era similar al de un hisopo, pero era muy fuerte y luchaba a diario por salir adelante.
El personal del refugio dijo:
«Su madre adoptiva la alimentaba con biberón cada dos horas. Desde el principio, a la gatita le encantaba estar cerca de su humano y que la acariciaran. Reconocía a su madre adoptiva por su olor y lloraba constantemente por su atención y tiempo extra de abrazos».
Rápidamente Carla ganó peso y empezó a crecer; era una pequeña muy despierta, que tan pronto supo usar sus patitas quería correr y escalar por todo el lugar. Usaba las almohadas como resguardo y era muy curiosa.
Sus rescatistas dicen:
«Le encanta tomar siestas debajo de los cojines y le encanta hablar con su madre adoptiva cada vez que tiene la oportunidad».
La encantadora calicó tiene completamente enamorados a sus cuidadores; sabe cómo conquistarlos y es bastante atrevida, ella no teme mostrar sus muchas opiniones.
Celine agrega:
«Carla es una princesita que no le teme a nada. Es curiosa y traviesa, y quiere inspeccionar todo lo que encuentra».
La dulce gatita tenía solo un día de nacida cuando fue encontrada; es muy unida a las personas que cuidan de ella. Fue algo difícil que dejara el biberón, definitivamente ella hace las cosas a su propio ritmo.
Entre sus actividades favoritas está compartir tiempo junto a su cuidadora; disfruta frotar su cabeza y atraer un poco de atención.
Carla ahora cuenta con 10 semanas de edad y se encuentra casi lista para encontrar un hogar definitivo donde pueda recibir todos los mimos y atenciones que merece.
Celine añade:
«Salta a la cama y se acurruca junto a su humano todas las noches antes de irse a dormir».
Puedes conocer un poco más acerca de la labor con los rescates que realiza el refugio Chatons Orphelins Montréal en su página de Facebook.