La pequeña gatita y sus compañeros de camada, fueron rescatados y luego llevados al Refugio Escambia County Animal Shelter en Pensacola, Florida, Estados Unidos. Los pequeños recibían los cuidados necesarios, pero estaban programados para ser trasladados al Providence Animal Center en Media, Pensilvania, para tener una mejor vida.
Mientras se esperaba el día de su traslado, Amy Cool, quién es voluntaria del refugio de Escambia, se ofreció para acoger a la camada de gatitos.
Todos eran muy dulces y cariñosos, pero la pequeña gatita llamada Candy Corn, rápidamente demostró ser todo un amor con su cuidadora.
Mujer no podía dejar de pensar en la gatita que ayudó
Entró en confianza y se subió a los hombros de Amy en cuestión de minutos, y comenzó a seguirla por todos los lugares de la casa. Era muy evidente que no había nada que hiciera más feliz a Candy, que estar cerca de su mamá de acogida.
Amy dijo a Love Meow:
«Ella fue muy excepcional conmigo en lo cariñosa que era. Soy una persona que quiere tener a los gatitos las 24 horas del día, los 7 días de la semana y quiere darles toneladas de abrazos, así que encajamos perfectamente».
Cuando los gatitos fueron llevados al Providence Animal Center, Amy se sintió muy triste y sentía que se habían llevado una parte de ella.
Candy Corn y sus hermanos, llegaron al refugio a principios de octubre, luego fueron llevados al hogar de acogida de la voluntaria Linnea Hermanson. Los gatitos debían recibir cuidados especiales y creer un poco más, antes de estar listos para ser adoptados.
Candy era la más pequeña, estaba muy atrasada en peso, y Linnea no tardó en darse cuenta de que prefería la compañía de los humanos en vez de la comida.
Linnea dijo:
«La mayoría de las veces ignoraba por completo la comida y me seguía o se subía a mi regazo. Simplemente no estaba interesada en la comida si tenía la opción de llamar la atención de su cuidador».
Entonces, Linnea comenzó a salir de la habitación para que Candy pudiera comer, pero cuando regresaba, la encontraba esperando sentada en la puerta.
Linnea agregó:
«Ella era un bicho amoroso que quería atención más que comida, y obviamente amaba a mis perros y a todos los demás».
Mientras tanto, Amy extrañaba mucho a Candy, y no podía dejar de pensar en la pequeña gatita amorosa que robó su corazón.
Amy comentó:
«Lloré tanto que mis amigos y familiares fueron los que empezaron a llamar al Providence Animal Center y a las personas que conocían en Filadelfia, para decirles que teníamos varios planes para recuperarla».
La mujer ha cuidado cerca de unos 20 gatos y gatitos, pero creía fielmente que Candy Corn estaba destinada para ser parte de su familia.
Mientras Amy se ponía en contacto con el centro de rescate, la pequeña gatita seguía repartiendo abrazos y amor a quién estuviera disponible en su casa.
Linnea dijo:
«¡También interrumpía mis videollamadas del trabajo subiéndose a mi hombro y mordiéndome las orejas! Es fácil ver por qué el viaje de FL a PA, fue una elección fácil para Amy».
A finales de octubre, Candy finalmente creció lo suficiente para la cirugía de esterilización y estaba lista para prepararse para encontrar un hogar.
Así que Amy subió a su auto y condujo tres horas hasta New Orleans, y después tomó un vuelo de cuatro horas hasta su destino final, Filadelfia.
Amy comentó:
«Una vez que la sostuve, empezó a ronronear como loca y se quedó a mi lado. Cuando finalmente salimos del aeropuerto, insistió en sentarse en mi hombro durante todo el viaje en auto».
La amorosa gatita se aferraba a su adorada humana con mucha fuerza, haciéndole saber qué nunca la dejaría ir de su lado.
Cuando Candy llegó a su antiguo hogar, de inmediato reconoció la habitación de su madre y todos sus juguetes; estaba feliz de estar de vuelta.
Candy Corn se la pasaba ronroneando y expresando toda su felicidad, se sentaba en el hombro de Amy, y la rodeaba de muchos abrazos.
Amy agregó:
«Ella todavía duerme acurrucada en mi hombro todas las noches. Somos mejores amigas y totalmente inseparables. ¡Estoy tan feliz de recuperarla! ¡Ella valió cada centavo, milla y hora!».