Jaelle, residente de Quebec, Canadá, se sorprendió cuando encontró a un gato naranja en su patio trasero, rascando la puerta para que lo dejaran entrar. La mujer nunca había visto al felino deambulando por su vecindario hasta ese día, el día de San Valentín, el año pasado, cuando apareció en pleno invierno.
Jaelle trabaja como voluntaria para One Cat At a Time, por lo que de inmediato le abrió la puerta para que el gatito pudiera entrar. El felino tenía hambre, estaba sucio y parecía estar muy enfermo.
Ella se acercó a Marie Simard, fundadora de One Cat At a Time, para pedirle ayuda.
Marie dijo a Love Meow:
«Nuestro centro de rescate se especializa en gatitos huérfanos, pero él estaba pidiendo ser salvado en la puerta y no podíamos dejarlo afuera».
Gato aparece tocando la puerta del patio
Marie añadió:
«Tratamos de encontrar al dueño, pero no había microchip. Tenía entre 6 y 7 años, no estaba castrado y nadie lo buscaba. Lo más probable es que los dueños anteriores lo abandonaron hace mucho tiempo».
El felino fue llevado de urgencias al veterinario y tuvo que ser hospitalizado durante varios días debido a una serie de problemas de salud.
Estaba cubierto de pulgas, tenía varias cicatrices, parásitos, problemas dentales; su cabello estaba enmarañado, padecía FIV (Virus de Inmunodeficiencia Felina), e infecciones en las vías respiratorias.
A pesar de todo, el dulce felino estaba muy agradecido de que al fin alguien lo estuviera cuidando, y ronroneaba sin parar mientras lo trataban medicamente. El equipo veterinario de la organización benéfica, afeitó su pelaje enredado, le suministró el medicamento necesario y el gatito comenzó a curarse poco a poco.
Lo llamaron Aslan, en honor al león de Las Crónicas de Narnia. Todavía es un misterio cómo terminó en las calles, pero pidió ayuda oportunamente.
Una vez que Aslan fue dado de alta del hospital veterinario, Jaelle lo acogió en su hogar para que pudiera continuar con su recuperación.
Marie comentó:
«Es muy amable y cariñoso. Ronronea con gratitud y está muy feliz de volver a ser un gato de interior».
El dulce Aslan estaba encantado de tener cuidados especiales, buena comida y un lugar cómodo para dormir, donde descansaba placenteramente para recuperar sus energías.
Durante su recuperación, una gatita llamada Cleo, residente del hogar de acogida, tomó a Aslan bajo su protección y no se separó de su lado. Ella le hizo compañía luego de su cirugía dental y ocular; siempre estaba cerca para mirar lo que necesitaba y lista para llenarlo de muchos abrazos.
Jaelle no planeaba adoptar a otro gato, pero sabiendo cuánto se necesitaban Cleo y Aslan, no podía separarlos, se habían vuelto una pareja inseparable.
Aslan se estaba ganando de a poco el corazón de su familia, y quizá, desde el primer día supo que ese era el lugar donde debía estar.
Durante los siguientes meses, Aslan se recuperó satisfactoriamente, y todos los días estaba rodeado de amigos felinos, como si desempeñaran un papel importante para él.
El dulce gatito ya tiene 8 años, vive la vida de sus sueños, y no tiene que luchar por buscar comida o algún refugio nunca más.
Aslan vive como un rey, con todos los lujos que se merece y lo más importante, con una familia que le brinda mucho amor.