Existe un gran número de animales abandonados que esperan por un hogar, por suerte en nuestras manos está el ayudar a cambiar esta situación. Incluso los gestos pequeños, como ofrecer alimento a un animal callejero, un poco de agua e incluso una caricia marca una gran diferencia.
Thiago, un niño de Brasil de 11 años, se ha tomado muy en serio esta misión, y ha creado un proyecto llamado “Sou de rua mas to limpinho”, en español: «Soy un vagabundo, pero estoy limpio». Thiago sale a las calles de su pueblo en busca de perros callejeros, los baña y prepara para darlos en adopción.
El pequeño vive en vive en la ciudad de Antônio Prado en Rio Grande do Sul, y desde siempre ha amado a los animales. Deseando ayudar a los aproximadamente 30 millones de perros y gatos abandonados en Brasil, decidió mejorar sus vidas, todo con un baño a la vez.
Niño pasa su tiempo libre bañando a perros sin hogar
Thiago le dijo a The dodo:
«A fines del año pasado, decidí que necesitaba hacer algo por los animales. Mientras hablaba con mi padre, le hablé de mi idea de bañar a los perros callejeros para que se mantengan limpios y fragantes y la gente los vea de manera diferente en la calle».
En sus inicios, el proyecto empezó con algunos tropiezos, sin embargo, Thiago y su padre resolvieron en el camino rápidamente los problemas que se iban presentando.
Thiago cuenta:
«Atrapar perros en la calle es difícil, ya que siempre tienen miedo y muchos son víctimas de abuso. Así que pasamos un tiempo sin bañarlos hasta que mi padre habló con la ong noah’s ark y comenzamos a bañar a sus perros recién rescatados».
Luego de cada baño, cada uno de los perros tiene una encantadora sesión de fotos con Thiago para ayudar a sus posibilidades de adopción. El padre de Thiago se encarga de editar las imágenes y las publica en las redes sociales.
A la fecha, Thiago ha ofrecido 48 baños a perritos de la calle y recibe todo el apoyo de su comunidad, entre esto donaciones de champú para mascotas y productos de baño.
El niño resalta:
«El proyecto realmente ha dado sus frutos, porque la mayoría de los peludos son adoptados. Esto da mucha motivación para continuar».
Thiago espera que con su ejemplo y sus esfuerzos, la forma en que la gente piensa sobre los perros sin hogar pueda cambiar y les abran sus hogares para darles una nueva oportunidad.
Thiago agregó:
«[Quiero] que la gente no tenga miedo de adoptar. Es lo mejor del mundo. Pero que adopten al perro sabiendo que no es una cosa ni un juguete. Es un ser que vivirá mucho tiempo y que solo quiere darnos amor».
Para las personas que no cuentan con el espacio o la capacidad para adoptar un perro, este pequeño niño les recuerda que es posible ayudar de otras maneras, como lo son las donaciones, voluntariado en un refugio, o dejando algunos recipientes de comida y agua en lugares visibles para los animales.
Incluso el más mínimo esfuerzo puede marcar la diferencia en la vida de estos peluditos sin hogar.