Aaron Morris y su perrita de servicio llamada Jolene, se habían mudado desde Michigan a Carolina del Norte en los Estados Unidos, cuando se detuvieron en un almacén Dollar General. Aaron decidió ir a hacer algunas compras y dejó a su compañera afuera mientras recogía algunos artículos en la tienda; sin sospechar que era seguido por alguien.
Al salir de la tienda y de regreso hasta su auto después de unos cuantos minutos, su vehículo, junto con casi todas sus pertenencias incluida su querida Jolene, no estaban por ninguna parte. En seis años era la primera vez que estaba sin ella, y su angustia era enorme.
Aaron realizo una publicación en Facebook y escribió:
“Este era mi ángel de la guarda. Mi mejor amiga. Le conté todo. Hicimos todo [juntos]. La necesito de vuelta en mis brazos… Esto está destruyendo mi corazón».
Perrita robada exige un gran abrazo al reunirse con papá
Según The Dodo, el interés principal de Aaron no eran el auto, su billetera o su teléfono, para él lo más valioso era Jolene y quería recuperarla. Su angustia era mayor a medida que pasaban los días; sin noticias de su paradero el hombre sentía que perdía las esperanzas de encontrarla.
Por fortuna, una persona llevó a una perrita marrón mezcla de labrador y pitbull que encontró vagando por las calles, hasta el centro de rescate Morristown Hamblen Humane Society en Tennessee.
El personal del refugio notó su collar y la placa de color rosa en su cuello. La placa de identificación llevaba el nombre de «Jolene», pero lamentablemente el número de teléfono que traía en la inscripción no funcionaba al parecer.
Así que el refugio decidió publicar una foto de la perrita en Facebook. Por supuesto, el teléfono de Aaron había sido robado junto con su automóvil por lo cual las llamadas no eran atendidas, pero gracias a la publicación del refugio en las redes sociales, Jolene y su padre se reencontraron finalmente.
Ansioso y emocionado, Aaron condujo hasta Tennessee tan pronto como se enteró de que allí estaba su compañera canina. Una vez que la dulce Jolene vio a su padre, meneaba su cola de la emoción y de inmediato corrió a sus brazos y le dio algunos cuantos besos.
No contenta con eso, la emocionada perrita quería hacerle saber a su padre cuánto lo había extrañado, y sorpresivamente saltó a sus brazos en busca de un cálido abrazo.
Toda la conmoción finalmente pasó, y ahora Jolene y su padre podrán seguir con su vida juntos en su hogar.
Aaron, feliz al ver a su compañera de nuevo, dijo:
«Te tengo. Y nunca te dejaré ir».