Tres hermosas gatitas trillizas rescatadas de las frías calles de Arizona, se mantuvieron unidas para poder superar todos sus problemas de salud y prosperar. A inicios del mes de agosto, una persona de buen corazón que se encontraba deambulando por un complejo de apartamentos de la ciudad se encontró a las tres gatitas.
La amable persona pudo notar de manera instantánea, que las tres pequeñas estaban en una situación delicada de salud y supo que tenía que ayudarlas.
Las pequeñas tenían aproximadamente cinco días de edad, y todavía no habían abierto los ojos; su madre no estaba por ningún lado.
Gatitas trillizas rescatadas permanecieron unidas
Se pudo observar a algunos gatos mayores merodeando el lugar para llevárselos, pero no eran claras sus intenciones, pues ninguno de ellos parecía ser su padre. La preocupación por el bienestar de las felinas aumentó, pues muchos gatos en la naturaleza no toleran los gatitos, especialmente si no son sus crías.
Entonces, la mujer de buen corazón que se encontró a las trillizas, decidió contactar a Jin’s Bottle Babies, un centro de rescate de animales local, para pedir ayuda.
Shelbi Uyehara, fundadora de Jin Bottle Babies, dijo a Love Meow:
«Decidimos acogerlas porque esa área no era segura. Y estaban enfermas con una infección de las vías respiratorias superiores (URI)».
Taryn y Melissa, dos rescatistas de TNR (Atrapar, esterilizar y retornar o ‘Trap, neuter, return’, en inglés), se ofrecieron como voluntarios para recoger a las pequeñas y transportarlas hasta el refugio.
Las hermanas eran muy frágiles, estaban acurrucadas en forma de pila, tratando de mantenerse juntas para consolarse mutuamente y brindarse un poco de calor.
Cuando el trío llegó al refugio, Shelbi las tomó bajo su cuidado y de inmediato empezó a suministrarles antibióticos y las alimentó con biberón todo el día. Las pequeñas fueron llamadas Jenny, Becky y Lizzy, por el personal del refugio, y desde entonces tuvieron cuidados especiales.
Shelbi dijo:
«Tenían una congestión muy fuerte y estornudaban mucho debido a las infecciones de las vías respiratorias superiores. Hay que vigilar estas infecciones muy de cerca cuando los gatitos son tan pequeños, porque puede convertirse fácilmente en neumonía».
Durante los días siguientes, las gatitas pasaron la mayor parte del tiempo durmiendo abrazadas en una cómoda incubadora, que fue adecuada especialmente para ellas. Le pusieron mantas suaves y juguetes para que pudieran acurrucarse y dormir cómodamente, sin necesidad de separarlas.
Desde que las encontraron, nunca estuvieron separadas por ninguna razón, excepto al momento de alimentarse, ya que les daban la comida con biberón de manera individual.
La felinas sacaron todas sus fuerzas y lucharon contra sus problemas de salud como unas verdaderas campeonas, y pronto superaron todos los obstáculos.
Shelbi dijo:
«En un par de días, el problema de respiración desapareció. También tuvieron una pelea con un parásito, pero nada fue suficiente para derribarlas».
No solo superaron todos estos problemas, sino que también abrieron sus ojos y se aventuraron a salir de su nido, como un verdadero trío explorador. Era muy evidente que las tres hermosas felinas se apoyaban en toda situación y así mismo caminaron juntas hacia su recuperación total.
Shelbi dijo:
«¡Han sido el grupo más fácil que hemos tenido en mucho tiempo! La parte más difícil es tratar de diferenciarlas. Jenny me parece un ángel, tiene mucho blanco en la cara y brilla. Lizzy tiene un cuerpo largo y un tono más oscuro de jengibre. Becky es redonda, tiene la cara más redonda, los ojos más lindos y redondos».
Según Shelbi, le toca mirar dos veces para distinguir a Lizzy y Becky, pero en general, las tres son hermosas y sus orejas caídas es una dosis completa de ternura.
En medio de este tiempo de recuperación, Shelbi acogió a una camada de cuatro gatitos, que también necesitaban ser alimentados con biberón, y tenían la misma edad que las trillizas, por lo que Shelbi pensó que sería bueno presentarlos para que pudieran compartir tiempo juntos.
Ella puso a los cuatro gatitos junto a las chicas, y esperó con paciencia para observar si los aceptaban como sus nuevos amigos. Para sorpresa de todos, las pequeñas recibieron a sus nuevos amigos con las ‘patas abiertas’ y abrazos, como si fueran parte de su familia.
En cuestión de minutos comenzaron a jugar juntos y se amontonaron en un gran charco de abrazos, para tomar una cálida y cómoda siesta.
Las pequeñas han prosperado en tres semanas, y tanto ellas, como sus nuevos cuatro amigos, están avanzando a pasos agigantados. Ya están empezando a caminar de forma más estable.
Shelbi dijo.
«Les encanta rodar sobre sus espaldas y holgazanear juntos. Siempre están apilados uno sobre el otro, ronroneando y manoseándose la cara, tratando de agarrarse la cola».
Las hermosas trillizas seguirán prosperando juntas y disfrutando de la comodidad de su hogar de acogida, hasta que crezcan y puedan ser adoptadas.
Gracias a la mujer de buen corazón que encontró a las pequeñas, su vida pudo cambiar y juntas pudieron sobrevivir a todas las adversidades.
