En marzo de 2022, Mina Alali, de 25 años, acogió en su casa al mini pig Merlín, que en ese momento contaba con solo dos meses y medio. Desde entonces, le ha enseñado a “hablar” mediante botones electrónicos que dicen palabras como “fuera”, “comer” e incluso “hielo”. Además, conoce numerosos trucos, como bailar con su dueña o chocar los cinco. También sabe obedecer órdenes como ¡siéntate y quédate!
La joven pasea por el barrio con Merlin, mientras están unidos por una correa. Y lo que es mejor, le lleva a cenar a menudo e incluso le permite hacer pedidos en el Starbucks Drive-Thru. Además, la cuenta de Instagram de Mina está llena de vídeos de ellos bailando juntos y comiendo comidas sanas ricas en verduras de hoja verde, rematadas con unos refrescantes cubitos de hielo.
Mina, quien reside en San José, California, dijo a Metro UK:
“Amo tanto a Merlín que haría cualquier cosa por este cerdo. Es como tener un hijo. Estaba llorando lágrimas de felicidad porque mi sueño de toda la vida de tener un cerdo finalmente se estaba haciendo realidad”.
Adorable cerdito es muy mimado por su humana
Mina tuvo enseguida la certeza de que Merlín, que era más grande que los demás cerdos y había sufrido adopciones fallidas con anterioridad, era “el elegido” para ser parte de su familia.
La joven dijo:
“Lo llevé a casa en mi automóvil en una perrera hecha para un perro y le proporcioné mantas y un edredón para empezar en mi apartamento. Sabía que le tomaría un tiempo acostumbrarse a mi espacio, porque investigué mucho, así que sabía qué esperar”.
Después de abrir suavemente la jaula y usar comida para atraerlo, Mina comenzó a entrenar a Merlín para que no gritara cada vez que lo levantaran.
Mina cuenta:
“El veterinario explicó que todos los cerdos hacen esto y hay que enseñarles que no pueden tener una rabieta y salirse con la suya. Me tomó un tiempo, pero lo recompensé con comida para que no gritara y ahora le encanta que lo levanten”.
La joven agregó:
“Los cerdos tienen las habilidades cognitivas de un niño de tres años, por lo que quieren atención y necesitan ser estimulados mentalmente durante todo el día. Tiene mucha energía y, si está aburrido, gritará como un loco”.
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A Mina, una entusiasta de los animales, le encanta pasar el día con Merlín, siguiéndole por toda la casa. Por la noche, se acurrucan juntos en la cama y ella jura que incluso le da tiernos abrazos. Junto a Merlín, la joven tiene también dos ratas peludas llamadas Millie y Miracle, con las que al travieso cerdo le encanta jugar.
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Merlín tiene un botón que dice “jugar con las ratas” que avisa rápidamente a su madre cuando desea jugar y sacar a sus hermanos de su jaula.
Aunque tener un cerdo como mascota tiene ciertos inconvenientes, Mina está dispuesta a pasarlos por alto y hacer que funcione.
Ella asegura:
“Definitivamente, es un obstáculo a veces. Lo amo tanto, estoy de acuerdo con llevarlo a todas partes y a cualquier lugar. Pero no camina como un perro con correa, lo que puede ser lento y molesto”.
Siempre que sale a pasear con Merlin, Mina aprovecha para promover la tenencia responsable de cerdos y entabla conversaciones con los transeúntes.
La amante de los animales dijo:
“Siempre me aseguro de decirle a la gente que debe asegurarse de tener un estilo de vida compatible con tener un cerdo, porque de lo contrario no es justo para el cerdo. Tienes que dedicarles tanto tiempo, amor y afecto como lo harías con un niño pequeño».
Merlin, un cerdito vietnamita en miniatura, pesa ahora mismo entre 30 y 35 libras. Aunque estas cifras pueden dispararse a 80 libras (y 3 pies de largo) a medida que siga creciendo.
Este cerdo mimado tiene incluso su propio pedido de Starbucks: una taza de hielo con fruta para disfrutar durante las salidas. Aunque Mina comparte vídeos de Merlin en su propia cuenta de Instagram para entretenimiento y deleite de todos, siempre tiene como máxima prioridad su seguridad y felicidad.
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La joven cuenta:
“Nos invitaron a estar en America’s Got Talent, pero rechacé porque mi prioridad número uno es que Merlín sea feliz y libre de estrés. Hacer videos en la comodidad de mi propia casa está bien porque no busco explotarlo o ponerlo en una situación estresante”.
Finalmente, Mina dijo:
“Siempre había querido un cerdo toda mi vida, desde que tengo memoria, y tenerlo es un sueño hecho realidad”.