Los perros suelen ser muy caprichosos y quisquillosos en algunos aspectos, especialmente cuando se trata de su comida, ya que se acostumbran a ciertos sabores y tipos de alimentos, y una perrita lo pudo comprobar cuando su mamá le pidió un cono de nieve del “sabor equivocado” y no quiso comérselo.
La historia de la adorable y caprichosa perrita llamada Lola, comenzó luego de ser rescatada por un refugio local, en el estado de Florida, Estados Unidos.
Lamentablemente, después de ser esterilizada, la perrita experimentó una serie de complicaciones muy extrañas que la dejaron sin poder caminar bien. Lola comenzó su proceso de recuperación de forma lenta pero segura, y al paso de unos meses el centro de rescate Big Hearts for Big Dogs, decidió acogerla.
Mamá pide el cono equivocado y su perrita no lo come
El refugio se encargó de encontrarle una familia de acogida que pudiera cuidar de ella y la pudiera llevar todas las semanas a terapias físicas.
La familia amorosa la cuidó de todas sus necesidades durante dos años, hasta que no pudieron contener su amor y decidieron adoptarla oficialmente para siempre.
Lola ahora vive en una hermosa granja, acompañada de su linda familia y de todos los demás animales que también tienen su propia historia de rescate. La perrita se ha caracterizado por tener mucha personalidad, aunque a veces resulta ser muy extraña, pero su familia no cambiaría nada de ella.
Annie Belanger Burley, madre de Lola, dijo a The Dodo:
«La hemos tenido durante seis años, pero ha sido ‘nuestra’ durante cuatro. No tenemos ni idea de la edad que tiene, pero literalmente no envejece. Tiene el temperamento más asombroso, ¡pero es una rarita total!».
Le gusta arroparse cuando se va a dormir, a veces ronca estando despierta, los demás perros piensan que gruñe, pero en realidad solo respira. Su apariencia puede producir algo de terror, pues su cara feliz es muy similar a su mala cara, pero Lola es todo un amor.
Los integrantes de la familia aman incondicionalmente a Lola y la consienten cada vez que pueden con las cosas que más le gusta.
Una de sus actividades favoritas es ir a buscar conos de nieve con su madre, y siempre se emociona mucho, aunque no sabe cómo demostrarlo.
Annie dijo:
«Vamos a Pelican Snowballs en North Fort Myers varias veces al mes. Su sabor favorito es el caldo de pollo servido con un Milk-Bone encima… Cuando se emociona, generalmente es con los ojos. Hace su cara extraña la mayor parte del tiempo».
Recientemente, algo curioso ocurrió cuando Lola y su madre fueron a la heladería de siempre a comprar conos de nieve como suelen hacerlo.
Resulta que Annie decidió pedirle a Lola un sabor de cono diferente, ya que había tenido malestar estomacal y no quería que se complicara. La mujer pensaba que su perrita disfrutaría de su cono, sin importar que no era de su sabor preferido, pero al parecer estaba equivocada.
Rápidamente, la caprichosa Lola olío extrañada el cono de nieve, miró a su madre directamente y le dejó muy claro que no quería comérselo.
Annie comentó:
«Ella se negó a comerlo todo el camino a casa y me miró con su habitual mirada de reojo».
No era su sabor preferido y ese extraño cono no era de su agrado, así que lo dejó que se derritiera junto a ella.
Lola siempre ha sido una perrita muy fuerte en sus decisiones, por lo que no estuvo dispuesta a ceder.
Aunque ese día no recibió lo que esperaba, habrá muchos otros viajes y, seguramente, su madre podrá satisfacer a Lola pidiendo el sabor correcto.
Puedes conocer un poco más de la vida de Lola y la granja de su familia en su página de Facebook.